Antes de comenzar el tope amistoso entre equipos de la misión estatal de Cuba en Panamá, residentes del país antillano en el istmo y amigos solidarios, el embajador Víctor Cairo, destacó los nexos históricos que unen a ambos pueblos, y en cuyas raíces el amor al béisbol, pasatiempo nacional, identifica a latinoamericanos y caribeños.
El diplomático explicó que, en el desafío, el segundo precedido por uno similar en 2023, lo más importante no es quien se llevó el triunfo y hasta un trofeo especial para la ocasión, sino la amistad y hermandad que caracteriza las relaciones bilaterales.
De otra parte, también precisó que este tipo de actividades, en la esfera deportiva, se integra a otras dirigidas a dar a conocer y denunciar la hostil política de Washington que ya dura más de seis décadas, obstaculiza el desarrollo y afecta a las familias cubanas.
Esta es otra oportunidad, dijo, de mostrar que pese a ese cerco y otras agresiones, seguimos aquí y seguiremos en la defensa de las cuatro letras que llevan nuestras camisetas: Cuba.
El juego, al que asistieron integrantes de la Asociación Martiana de Cubanos Residentes en Panamá y de la Coordinadora Nacional de Solidaridad, sirvió también para que activistas sociales como Ezequiel Batista, del Sindicato de Trabajadores de la Educación Nacional; y otros voceros de la Dirección General de Contrataciones Públicas, agradecieran la invitación para poder compartir su pasión por el béisbol en cita inolvidable entre hermanos.
La condena al bloqueo de Estados Unidos a Cuba fue uno de los ejes del más reciente XXIV Nacional de Solidaridad con la mayor de las Antillas, que tuvo lugar en la ciudad panameña de Boquete, occidental provincia de Chiriquí.
En noviembre pasado, como cada año, la Asamblea General de Naciones Unidas votó de manera abrumadora para exigir a Estados Unidos que ponga fin a su brutal bloqueo económico, comercial y financiero contra Cuba.
La Resolución, aprobada con 187 votos a favor, dos en contra y la abstención de Ucrania, reafirmó la igualdad soberana de todos los Estados, la no intervención y no injerencia en sus asuntos internos y la libertad de comercio y navegación y pide a los Gobiernos que se refrenen de recurrir a este tipo de medidas, según el texto presentado por La Habana.
Asimismo, condenó la aplicación extraterritorial con que Washington violenta la soberanía no sólo de los países a los que castiga ilegalmente, sino también la de todos aquellos (incluidos individuos y empresas) que deseen entablar relaciones comerciales con las naciones sancionadas.
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