Si bien los números de septiembre hablan de avances en la mayoría de las provincias cubanas, ello no constituye motivo para pensar que superamos el peor momento de la epidemia, insistió el titular en la red social Facebook.
Tampoco puede convertirse en justificación para confiarnos y descuidar las medidas para contener el virus SARS-CoV-2, agregó Miranda, quien recordó cómo algunas provincias retrocedieron en su control por incumplir las acciones diseñadas.
Destacó que el promedio de casos confirmados por día disminuyó de ocho mil 552 en agosto, a siete mil 434 el pasado mes, mientras en ese último fueron diagnosticadas con la enfermedad 223 mil 13 personas, cuando en agosto (el peor mes de la epidemia en Cuba), se confirmaron 265 mil 121 pacientes.
Aun así -apuntó- las provincias de Pinar del Río, Sancti Spirítus, Camagüey, Las Tunas, Artemisa, Mayabeque y Villa Clara, tuvieron elevadas tasas de incidencia del patógeno por cada 100 mil habitantes, todas por encima de dos mil, advirtió.
La tendencia a la disminución de casos confirmados que se manifestó durante el noveno mes del año se mantiene en los días transcurridos de octubre, consideró.
Similar comportamiento se constata en la cantidad de pacientes que permanecen ingresados positivos a la Covid-19: al cierre de la pasada semana estaban activos 23 mil 832 casos, lo cual significa una disminución de un 30,3 por ciento respecto a la anterior, aseveró.
Rememoró, además, que en el mes de septiembre inició la campaña de vacunación en edades pediátricas, la cual avanza satisfactoriamente, aseguró. Asimismo, comenzó la vacunación de los alérgicos al tiomersal y de los convalecientes de la enfermedad, subrayó.
Cuba alcanzó este martes el 48, 9 por ciento de sus habitantes (cinco millones 470 mil 999) con el esquema completo de vacunación antiCovid-19 y, en total, nueve millones 500 mil 166 personas recibieron al menos la primera dosis de alguno de los inmunizadores propios.
Sin embargo, para el titular de la cartera de sanidad, ese proceso debe acompañarse con responsablidad y los esfuerzos que los trabajadores del sector y el Gobierno realizan desde hace casi dos años para contener la epidemia, tiene que ser un compromiso de cada uno de los cubanos, remarcó.
La apertura gradual del país, y junto a ello el regreso a las aulas de los más jóvenes, es un nuevo reto para nuestra sociedad, que requiere del apoyo y la participación de todos para poder retomar paulatinamente la cotidianidad de la nación y también de nuestras familias, concluyó.
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