Según Barbara Creecy, ministra de Silvicultura y Pesca y Asuntos Ambientales, el país va a la cumbre de Glasgow con el mandato claro de negociar por los países en desarrollo, para evitar los peores impactos del cambio climático.
La Cop26 debe restablecer la confianza entre las naciones desarrolladas y en desarrollo, asegurando que se cumplan sus compromisos financieros, dijo la alta funcionaria.
No esperamos que haya nadie con sus talonarios de cheques. No somos ingenuos, acotó, pero también sabemos que hay interés en que Sudáfrica realice una transición en su base energética que la aleje del uso de algunos combustibles fósiles.
Las discusiones con los Fondos de Inversión Climática (CIF) globales, reveló, apuntan a un acuerdo que podría liberar hasta 500 millones de dólares para financiar el abandono progresivo del carbono como portador energético principal por parte de Sudáfrica.
Vemos la decisión de los CIF como un primer paso pequeño, pero importante, para sentar las bases de nuestra transición justa, añadió Creecy.
Sudáfrica produce actualmente más del 75 por ciento de su electricidad, y más del 25 por ciento de sus combustibles líquidos, a partir del carbón, lo que la convierte en el duodécimo mayor emisor de gases de efecto invernadero del mundo.
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