De acuerdo con el sitio de la Presidencia, el primer ministro de la nación antillana, Manuel Marrero, evaluó junto a los gobernadores de todas las provincias cómo marcha la prestación de servicios gastronómicos en este nuevo contexto y la reapertura de las instalaciones culturales.
Según la ministra de Comercio Interior, Betsy Díaz, ya funcionan en el país siete mil 163 establecimientos gastronómicos, con una tendencia al incremento de la modalidad de reservaciones.
Sobre estos temas, Marrero subrayó que hay nuevas maneras de controlar para evitar el riesgo de grandes rebrotes y ratificó la necesidad de lograr encadenamientos con los productores independientes con el fin de que aumentar su presencia en las ofertas del turismo.
En lo referente a la realización de actividades culturales, el jefe de Gobierno insistió en la aplicación estricta de las medidas higiénico-sanitarias.
Además, los dirigentes analizaron las condiciones que existen para respaldar la reapertura del turismo.
La viceministra primera del sector, María del Carmen Orellana, destacó los nuevos protocolos de actuación y las medidas que se ponen en práctica en todos los aeropuertos, previo al arribo de turistas a partir del 15 de noviembre.
Según el portal web, la titular enfatizó en la necesidad de trabajar aún más para contribuir a la promoción de la imagen Cuba también desde las localidades.
Ante la temporada alta de turismo, fuentes oficiales promueven a la isla como un destino seguro por el avance de la vacunación contra la Covid-19, la disminución de casos positivos y las medidas implementadas para evitar la transmisión de la enfermedad.
Por otro lado, las autoridades implementan una estrategia de salud que mantenga el control epidemiológico ante la reapertura de las fronteras.
En opinión del Ministerio de Salud Pública, Cuba debe enfocarse en completar la inmunización en todo el territorio nacional para mediados de noviembre como está previsto.
Además, las autoridades abogan por presentar y aplicar una estrategia de vacunación de refuerzo, adecuar el protocolo para convalecientes, así como revisar las estrategias de vigilancia y diagnóstico en el nuevo contexto.
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