En su cuenta de Twitter, el Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente (Citma) hizo referencia a un artículo del más reciente número de la revista del JBN, el cual precisó además que la extensión real de ese espacio destinado a la conservación es de 471,4 hectáreas y no casi 600 como originalmente se pensaba.
La publicación informó que investigadores del jardín y la Facultad de Biología de la Universidad de La Habana analizaron las variaciones de los índices de Diferencia Normalizada de Vegetación y el de Vegetación Mejorado, y utilizaron 535 imágenes satelitales de la zona desde 1984 hasta 2020 para confirmar la recuperación.
Estas últimas, provenientes del sistema Landsat (satélites que orbitan alrededor de la Tierra desde 1972 a cargo de la Administración Nacional de la Aeronáutica y del Espacio) están disponibles para Cuba a partir de 1984.
Fermín Felipe, biólogo y principal autor de la investigación, explicó que el 60 por ciento de la vegetación en el territorio del jardín se encontraba en la década del 80 con valores entre bajos y medios de los índices antes mencionados, y para el año 2000 contaba con un 62 por ciento.
Los parámetros espectrales utilizados son considerados importantes para medir, entre otros beneficios, secuestro de carbono, salud de los ecosistemas y biodiversidad asociada, de ahí que exhibir altos niveles pondera la importancia ambiental de los jardines botánicos y entornos verdes citadinos en términos de biosostenibilidad.
Por otra parte, el director general del JBN, Carlos Manuel Pérez Cuevas, destacó que esos estudios con imágenes satelitales son claves para trazar estrategias futuras del centro destinadas al mantenimiento y reposición de las colecciones.
‘Luego de más de 50 años de desarrollo, muchos de los 180 mil árboles y arbustos que fueron sembrados en el jardín durante su desarrollo inicial han llegado a su madurez, algunos se encuentran ya en las etapas finales de su ciclo natural de vida’, aseguró Pérez Cuevas.
Informó que actualmente trabajan en la planeación estratégica del centro, con un particular énfasis en las necesidades de renovación de las diferentes colecciones, así como en nuevos viajes de colecta, procesos de aclimatación y aviveramiento, siembras masivas de árboles y el monitoreo de la supervivencia.
El Jardín Botánico Nacional, abierto al público en 1984, se fundó en los terrenos que antes pertenecieron a fincas ganaderas prácticamente deforestadas, recordó el artículo.
El diseño original del profesor alemán Johannes Bisse dividió los terrenos asignados para la construcción en 26 colecciones de plantas al aire libre, con especies vegetales del país caribeño y las zonas tropicales del mundo.
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