Ante los diputados a la Asamblea Nacional del Poder Popular (parlamento), el funcionario detalló algunos de los resultados observados luego de la puesta en práctica de esa tarea el 1 de enero de este año, que implicó reformas salariales, de precios, y la eliminación de la dualidad monetaria y cambiaria.
La inflación minorista diseñada preveía un crecimiento en 1,6 veces de las ventas totales, mientras que los ingresos de la población lo harían alrededor de cinco veces, lo que significaba un aumento del índice de precios al consumidor de un 60 por ciento, precisó Murillo.
Sin embargo, la realidad muestra un deterioro significativo de la capacidad de compra de la población, fundamentalmente de los sectores de menores ingresos, agregó, y ejemplificó que la canasta básica de bienes y servicios superó en 1,85 veces el diseño previsto y, por tanto, se situó por encima de la pensión mínima que tomaba ese valor como referencia.
El déficit de ofertas, donde inciden la crisis generada por la Covid-19, el bloqueo económico de Estados Unidos y sus medidas coercitivas sobre la isla, entre otros factores, tienen un efecto negativo sobre la implementación del ordenamiento.
Otros elementos se suman, como el incremento de precios del transporte, materiales de la construcción y alimentos, así como una tasa de cambio informal que fluctúa en torno al valor de un dólar por cada peso cubano, cuando la tasa oficial es de uno por 24.
Esa diferencia cambiaria, aunque se produce en el mercado subterráneo, genera una inflación de seis mil 900 por ciento e impacta en todos los actores económicos, sostuvo Murillo.
En este sentido, advirtió el riesgo que ello representa, pues por un lado se adquieren materias primas bajo un tipo de cambio (1×24), mientras se forman precios bajo el otro (1×70), lo cual le permite a distintos actores económicos generar utilidades aunque no generen riquezas.
Esto puede impactar en que los productos importados tengan menores precios que los nacionales, en una economía necesitada de producir y generar ofertas, además de ser una de las distorsiones que buscaba eliminar la tarea ordenamiento.
El jefe de la Comisión de implementación comentó que de acuerdo con estudios realizados en más de mil 800 estructuras empresariales de distinta conformación, en ese sector se ha cumplido de manera general el diseño previsto a inicios de año, pues lograron realizar ajustes necesarios y una mayor transparencia de la contabilidad.
Sin embargo, la inflación minorista y el dinero circulante son alertas para el diseño de los planes de la economía y el presupuesto para el 2022.
Para alcanzar un equilibrio monetario el Estado debía recoger el 92 por ciento de los ingresos de las personas, mas los cálculos apuntan a cifras que rondan el 67 por ciento, en tanto hay más de 59 mil millones de pesos (dos mil 458 millones de dólares) en circulación.
Frente a esas realidades, el Gobierno adoptó 35 medidas para detener la inflación, pero el sector empresarial tiene que reaccionar y producir riquezas, subrayó Murillo, y agregó la necesidad de una mayor participación de los productores nacionales para satisfacer las demandas.
Asimismo, se precisa mayor control de la liquidez en manos de la población y medidas compensatorias para la atención a los más vulnerables.
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