Al intervenir en un foro por videoconferencia sobre terrorismo y derechos humanos, el representante permanente de la isla en Naciones Unidas-Ginebra, Juan Antonio Quintanilla, recordó que este jueves se cumplen 61 años del atentado en la Bahía de La Habana contra el barco La Coubre, crimen con un saldo de más de 500 muertos, desaparecidos y heridos.
Ese fue uno de los actos terroristas más sangrientos del siglo XX, y el primero de muchos organizados contra mi país, subrayó en la continuación de los trabajos de la sesión 46 del Consejo, prevista aquí del 22 de febrero al 23 de marzo.
De acuerdo con el embajador, Cuba fue recientemente blanco de intentos de nuevas acciones criminales, a partir del empleo de pagos digitales y de las redes sociales por parte de individuos radicados en la Florida, tradicional origen de actividades dirigidas a generar inestabilidad y sufrimiento en la mayor de las Antillas.
Desde ese territorio del sur estadounidense se realizaron a finales de 2020 instigaciones a incendiar tiendas y autos policiales.
Quintanilla mencionó en el foro el ataque terrorista contra la embajada de la isla en Washington D.C., donde un individuo armado con un fusil de asalto disparó a finales de abril pasado más de 30 veces hacia la sede diplomática.
Paradójicamente, la administración de Donald Trump (2017-2021) incluyó a Cuba en la unilateral lista de países patrocinadores del terrorismo, apenas unos días antes de que el magnate inmobiliario dejara la Casa Blanca.
El representante permanente cubano en ONU-Ginebra reiteró el repudio de La Habana a esta decisión carente de argumentos y exigió la salida inmediata de una lista a la que calificó de espuria.
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