Las agrupaciones Orfeón Santiago, Madrigalista y Camerata Vocal Música Áurea, las tres principales de la ciudad, protagonizaron estas veladas en las cuales el canto a puras voces se arrimó con mayor fuerza a los barrios y matizó el retorno paulatino a la normalidad a raíz de la pandemia.
En las modalidades virtual y presencial, a tono con las circunstancias epidemiológicas, el evento convocó a colectivos de México, Canadá, España, República Dominicana, Guatemala, Argentina, Colombia y Perú, entre otras diversas latitudes.
Dedicada a los Maestros Guido López Gavilán y Calixto Álvarez, la más antigua cita de esa variante sonora en el país, con 60 años, rindió homenaje a su fundador Electo Silva, quien al fallecer en el 2017 dejó un significativo legado en su desarrollo.
Las sesiones teóricas abarcaron disertaciones acerca de la música del argentino Astor Piazzola y del tesoro patrimonial del canto coral en la capilla de la catedral de esta urbe, donde Esteban Salas acunó esas composiciones que lo convirtieron en el primer músico cubano.
Durante el Festival fue entregado el premio obtenido por el Orfeón Santiago en el concurso mundial organizado por el Consejo Indio de Relaciones Culturales y trascendieron los resultados de la primera versión del destinado, internacionalmente, a la composición para música coral.
jha/mca