“Probamos con éxito un sistema prometedor. Golpeó al viejo satélite con precisión. Los fragmentos no suponen ninguna amenaza para las actividades espaciales”, declaró Shoigú durante un viaje de trabajo a la Región Militar Occidental rusa en Vorónezh.
Antes, el Ministerio de Defensa informó que el ejercicio realizado este lunes fue parte de acciones planificadas para fortalecer la capacidad de defensa rusa y recordó que el objetivo principal de la nueva estrategia espacial de Estados Unidos es “crear una ventaja militar integral” en este ámbito.
Moscú indicó que los fragmentos esparcidos no representan una amenaza para la Estación Espacial Internacional (EEI) o los satélites, ya que se incluyeron en el catálogo principal del sistema nacional de control del espacio ultraterrestre y se les dio seguimiento hasta su desaparición.
Un reporte de la agencia de noticias TASS aclaró que la nave espacial destruida fue Tselina-D, no operativa, en órbita desde 1982.
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