El acto central se efectuó en el municipio de Taguasco, en el espacio donde cayó el Héroe el 18 de noviembre de 1896, después que 800 mambises (combatientes cubanos) se enfrentaran victoriosos por más de cuatro horas contra unos tres mil soldados peninsulares.
Junto al monumento, en una explanada con framboyanes y pinos, jóvenes y combatientes depositaron una ofrenda floral y recordaron la frase final del prócer cuando sintió que se le iba la vida: ¡Me han matado! ¡No es nada, siga la marcha!
Durante la ceremonia estudiantes ratificaron su decisión de mantener vivo el legado de quien se ganó el aprecio, cariño y confianza y se convirtió en la mano derecha de José Martí en la preparación de la Guerra Necesaria.
Mientras en la necrópolis de la ciudad de Sancti Spíritus, las máximas autoridades del municipio, estudiantes y miembros de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR) y el Ministerio de Interior (Minint) ratificaron lealtad a su legado.
También fueron depositas ofrendas florales en su Casa Natal y junto al busto erigido a su memoria en el parque que lleva su nombre en la cuarta villa cubana.
Derby Aquino, miembro de la Asociación de Combatientes de la Revolución Cubana, dijo a Prensa Latina que Serafín Sánchez, el insigne mambí, es orgullo para los espirituanos y las presentes y futuras generaciones de cubanos dignos.
mem/rga