Muchas personas que llegan a la isla desde cualquier parte del mundo buscan encontrar esas huellas, sobre todo ahora, tras la reapertura de la industria de los viajes aquí el 15 de este mes.
Se trata de un itinerario muy demandado en esta nación, sobre todo por visitantes norteamericanos, y está vinculado con el novelista que en su momento se declaró «un cubano sato» y vivió en el archipiélago por más de 20 años, dejando su marca en muchos lugares.
Esa ruta incluye a la Bahía de La Habana, la Habana Vieja, el Hotel Ambos Mundos, el Bar-Restaurante Floridita, Las Terrazas de Cojímar, la Cervecería Hatuey (complejo de lugares y salones), la Marina Hemingway, la Finca Vigía y los cayos Mégano y Coco.
El Dios de Bronce de la Literatura norteamericana separó para sí espacios con mucho carácter, donde se reunía con sus amigos, conversaba, bebía o escribía.
Nacido el 21 de julio de 1899 en Oak Park, llegó por primera vez a Cuba, a La Bahía de La Habana, el 1 de abril de 1928, a las 22:50, hora local, durante una noche nublada y de horizonte brumoso, como rezan notas de la época.
Vino en ese entonces acompañado de su segunda esposa Pauline Pfaiffer en un viaje desde Francia hacia Key West, con escala en esta capital.
Ella tenía cinco meses de embarazo.
Un año después, el joven reportero se acercó a las aguas cubanas en el barco Anita para pescar agujas.
A partir de esos encuentros amó entrañablemente a Cuba.
Sin embargo, otros autores consideran que llegó a la isla atraído por una tormentosa mujer, nombrada Jane Mason en 1929.
Desde ese año y hasta 1936, tuvo una activa vida en La Habana, que lo hizo socio de bares como el Floridita.
En Cojímar, un poblado de pescadores de la zona este, donde atracaba su yate Pilar, se encuentra el restaurante La Terraza, especializado en mariscos y pescados.
En 1930, Hemingway navegó por la zona centro-norte cubana, por los cayos Guillermo, Coco y Romano, y el Faro Maternillos.
También visitó Camagüey (oriente), sobre todo poblados como Palm City, una curiosa ciudad fundada por alemanes.
En esos años se construye el mito Hemingway, antes de su instalación definitiva en esta nación en 1940, con viajes de ida y regreso a Estados Unidos.
Después viajó por los cayos Confites y Lobo, tras ocurrir el hundimiento de dos barcos norteamericanos por submarinos alemanes.
Hacia el extremo oeste, en el norte de la provincia de Pinar del Río, se encuentra Cayo Mégano de Casiguas, bautizado por Hemingway como Paraíso.
En la ruta del escritor es bueno señalar el salón de fiestas de la cervecería Hatuey, en esta capital, pues en 1956 entregó allí a los cubanos su medalla que lo acreditaba como Premio Nobel de Literatura (1954).
Barlovento, actual Marina Hemingway, fue donde en 1950 tuvo su único encuentro con el líder de la Revolución Cubana Fidel Castro (1926-2016).
Hemingway, quien se suicidó de un escopetazo el 2 de julio de 1961 en Ketchum, Idaho, recibió en los años 50 reconocimientos de las autoridades turísticas insulares y mantiene su presencia en cualquier espacio cosmopolita o alejado de Cuba.
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