En entrevista con el diario local The Tribune, el ejecutivo comentó que tras el regreso a las actividades en los aeropuertos de la capital cubana y Holguín (oriente) la pasada semana, con dos frecuencias a cada uno, la aerolínea bandera nacional retoma uno de los destinos que le aportan más ingresos.
Aunque disminuye la cantidad de operaciones semanales con relación al periodo prepandemia de Covid-19 (seis anteriormente), Cooper expresó su optimismo de que los resultados le permitirán, de conjunto con los vuelos a Haití, recortar el subsidio de 78,2 millones de dólares que la compañía recibió para mantenerse a flote.
La mayor isla de las Antillas, debido a las restricciones de viaje impuestas por Estados Unidos para los vuelos comerciales y chárteres desde su territorio, se convierte en un destino de gran demanda en Las Bahamas.
“Esperamos que esos vuelos que van a Cuba estén llenos todo el tiempo, relativamente llenos. Cualquier cosa para Bahamas Air es bueno en este momento en que nos recuperamos del impacto de la crisis, es un gran impulso”, remarcó.
Cuba reabrió sus fronteras a los viajeros internacionales el pasado 15 de noviembre, para lo cual están activas nueve de las 10 terminales aéreas del país, que reciben alrededor de 400 operaciones semanales.
Las instalaciones fueron modernizadas y adaptadas para los nuevos protocolos sanitarios, de manera que permitan un adecuado flujo de pasajeros sin descuidar las normativas de seguridad.
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