De acuerdo con los habitantes de Fairhaven, cada vez que se aprueban obras cerca de sus viviendas se observa un peligroso pico de la bacteria Escherichia coli (E. coli), detectada gracias a mediciones realizadas al agua potable.
La denuncia salió a la luz mientras la compañía inmobiliaria canadiense DCR Phoenix Homesa amenaza con construir un complejo de viviendas en la zona, para lo que comenzó a nivelar los árboles la semana pasada, cerca de la intersección de las carreteras de Montreal y Lang.
El promotor de la obra busca la aprobación para construir dos edificios de apartamentos de nueve plantas y un aparcamiento subterráneo en el lugar.
A los residentes les preocupa que incluso la perforación exploratoria pueda enviar suficientes vibraciones a través del lecho de roca para romper las partículas sueltas en el acuífero subterráneo y contaminar su suministro de agua potable.
La lucha es constante, porque las autoridades de la ciudad toleran y aprueban cada vez más obras con efectos devastadores para las pequeñas comunidades, dijo a la prensa local la residente Pauline van der Roest, quien vive en Fairhaven desde hace 16 años.
Parece que nos encontramos en una especie de escenario del Día de la Marmota, ya que cada vez que solicitan permiso para obras ocurre lo mismo: las constructoras logran su objetivo, pero los pobladores sufrimos las consecuencias, dijo Al Crosby, quien vive en Fairhaven desde 1978.
DCR Phoenix Homes alegó que los edificios proporcionarían las viviendas necesarias para las personas que trabajan en el hospital o en otros lugares a lo largo de Montreal Road.
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