La solicitud del mandatario, anunciada anoche, fue la noticia del día en el archipiélago y tiene por objetivo que 15 millones de personas reciban los inyectables en el corto plazo de 72 horas, del 29 de noviembre al 1 de diciembre.
Duterte sugirió que en la operación relámpago podrían participar incluso el Ejército y la Policía, básicamente en tareas de organización y control.
A los gobernadores y alcaldes les dijo que “usen todos los recursos necesarios, especialmente los humanos, para estos días nacionales de vacunación” y prometió compensar los gastos que origine la campaña.
Esta demandará la participación de 160 mil voluntarios a fin de septuplicar el promedio de 700 mil dosis diarias que se administran en el archipiélago.
El presidente, que en determinado momento amenazó con mandar a la cárcel a quienes rechazaron vacunarse, dijo ahora que quienes persistan en la negativa no debieran poder entrar en restaurantes y hoteles porque son un peligro para la salud pública.
Después de Indonesia, Filipinas es el segundo país más golpeado por la Covid-19 en el sudeste asiático con dos millones 828 mil 660 contagiados y 47 mil 682 muertes.
En una población superior a los 111 millones y medio de habitantes, menos de 34 millones han recibido dos vacunas.
msm/asg