La revista ACS Nano de la Sociedad Estadounidense de Química destacó el experimento realizado por investigadores chinos en esas unidades anatómicas donde un cambio de acidez (pH) provoca una liberación de su carga de medicamentos de quimioterapia.
Previamente, fabricaron robots de menos de 100 micrómetros que podían manipular objetos diminutos, pero la mayoría de ellos no fueron capaces de realizar tareas complejas. Como los tumores existen en microambientes ácidos, los microdispositivos nuevos cambian de forma en respuesta a la disminución del pH.
Jiawen Li, Li Zhang, Dong Wu y sus colegas lograron ajustar la densidad de impresión en determinadas zonas del robot, como los bordes de las pinzas del cangrejo o las alas de la mariposa, y codificó el cambio de forma en función de ese parámetro, precisó la publicación.
Posteriormente, magnetizaron a los diminutos robots colocándolos en una suspensión de nanopartículas de óxido de hierro.
El experimento reveló que el microrobot con forma de pez tenía una “boca” ajustable que podía dirigirse a través de vasos sanguíneos simulados para llegar a las células cancerosas en una región específica de una placa de Petri (instrumento de laboratorio).
Aclararon los autores que, aunque este estudio es una prueba de concepto prometedora, los microrobots deben ser aún más pequeños para poder navegar por vasos sanguíneos reales, e identificar un método de imagen adecuado para seguir sus movimientos dentro del cuerpo.
La quimioterapia trata con éxito muchas formas de cáncer, pero los efectos secundarios pueden causar estragos en el resto del cuerpo, así como síntomas indeseables que podrían reducirse si se lograra administrar fármacos directamente a las células cancerosas, recordó la revista estadounidense.
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