En un informe, la agencia de la ONU sugiere que la tierra que utilizamos para cultivar nuestros alimentos está contaminada con cantidades alarmantes de plásticos.
«Los suelos son uno de los principales receptores de los plásticos agrícolas y se sabe que contienen mayores cantidades de microplásticos que los océanos», señaló la directora general adjunta de la FAO, María Helena Semedo.
Según datos recopilados por un grupo de expertos de la organización, las cadenas de valor agrícolas utilizan cada año 12,5 millones de toneladas de productos plásticos, mientras que otros 37,3 millones se emplean en el envasado de alimentos.
La producción de cultivos y la ganadería utilizan 10,2 millones de toneladas al año en conjunto, seguidas por la pesca y la acuicultura con 2,1 millones, y la silvicultura con 0,2 millones de toneladas.
Se calcula que Asia es el mayor usuario de plásticos en la producción agrícola, con casi la mitad del uso mundial.
“Sin alternativas viables, la demanda de plástico en la agricultura no hará más que aumentar”, lamentó Semedo y llamó a controlar mejor las cantidades que se filtran al medio ambiente desde la agricultura.
Desde su introducción generalizada en la década de 1950, los plásticos se han hecho omnipresentes, comentó.
En la agricultura, los productos de plástico contribuyen en gran medida a la productividad, por ejemplo, cubriendo el suelo para reducir las malas hierbas; las redes para proteger e impulsar el crecimiento de las plantas, prolongar las temporadas de cultivo y aumentar los rendimientos.
Sin embargo, casi el 80 por ciento de los seis mil 300 millones de toneladas de plásticos que se calcula que se produjeron antes de 2015, nunca se eliminaron correctamente.
Si bien los efectos de los grandes artículos de plástico en la fauna marina están bien documentados, los impactos desencadenados durante su desintegración, afectan potencialmente a ecosistemas enteros, concluyó la FAO.
acl/age