Solo uno de los 57 ciudadanos arrestados el pasado 1 de diciembre durante la Operación Fisher, desplegada por las fuerzas de seguridad, recibió mediante acuerdo de pena sanción de cinco años y ocho meses de prisión por asociación ilícita para delinquir.
Hasta el momento esta condena es la primera, luego que el pasado viernes se legalizaran 10 de las diligencias de allanamientos excepcionales realizados para dar con el grupo criminal.
El ministro de Seguridad de Panamá, Juan Pino, dijo a la prensa que este operativo significó un duro golpe para el peligroso cartel dedicado al blanqueo de capitales y traficar sustancias ilícitas desde Colombia hacia las costas de las provincias panameñas Colón y Bocas del Toro, y de ahí a Estados Unidos.
Entre los arrestados hay nueve funcionarios y policías, presuntamente encargados de proteger los cargamentos y pasar información al crimen organizado, agregó.
Pino consideró que se logró cortar la parte financiera a esta organización criminal transnacional que utiliza al país canalero como plataforma de tránsito para desarrollar sus actividades ilícitas dentro y fuera de la región.
El Clan del Golfo controla la producción de unas 300 toneladas de cocaína, un tercio de la cual proviene de Colombia y su red llega a 28 países.
Sobre ese grupo, precisó que “tenía un control absoluto de todas las actividades del narcotráfico y rutas hacia Centroamérica, donde han consolidado importantes alianzas con células del crimen en Panamá, Costa Rica y Honduras».
En lo que va de 2021, Panamá ha decomisado 119 toneladas de droga, cifra récord para un año, pues supera las 95 toneladas incautadas en 2019.
Entre los resultados que dejó el operativo Fisher, el Procurador General de la Nación encargado, Javier Caraballo, resaltó que la incautación de 10 millones de dólares, entre otros bienes, es la mayor que se ha hecho en el país en toda su historia.
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