En declaraciones a la web del periódico Últimas Noticias (UN), el excanciller señaló que el plan del fascismo era tomar a Barinas con el propósito utilizarla para que fuera el epicentro, no del desarrollo del país, sino de la violencia y de la desestabilización de Venezuela».
Recordó que ese territorio, otrora bastión de las fuerzas revolucionarias, fue escenario de conflictos e intentos de acciones violentas tras las elecciones del pasado 21 de noviembre, donde ganó por escaso margen el candidato de la oposición, Fredy Superlano, inhabilitado por el Tribunal Supremo de Justicia.
«Tenemos una situación política, había allí algunas fisuras en la militancia. Tenemos una serie de factores que se fueron aglomerando y finalmente tuvo una serie de consecuencias. Eso va a cambiar con toda seguridad», puntulizó.
Allí, dijo, hay vínculos con el paramilitarismo colombiano y parte de la operación de la extrema derecha era sembrar la violencia a través de esos actores.
Afortunadamente, recalcó, «la situación fue controlada y vamos ahora hacia una nueva elección, donde el pueblo va a neutralizar por completo a estos violentos en el estado»
De igual forma Arreza subrayó el papel jugado por algunas ONGs como Human Rights Watch, para neutralizar los procesos revolucionarios, a las cuales calificó como organizaciones gubernamentales y la Agencia Central de Inteligencia de Estados Unidos.
Con respecto a la gestión de Gobierno pensada para la ragión en caso de que el PSUV ganara las elecciones del próximo 9 de enero, explicó, que la idea es hacer planes para las regiones andina, sur y llanera, así como trabajar con los estados del país, para nivelar los servicios públicos, las obras de construcción y producción.
«Nosotros crearemos condiciones, facilitaremos la solución, pero solo el pueblo salva al pueblo, lo decía el comandante Hugo Chávez. Si el pueblo se despolitiza, no se organiza, es casi imposible que un alcalde, un gobernador pueda resolver los problemas», expresó el candidato en sus declaraciones.
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