De acuerdo con el diario Granma, el suceso marca un hito en el país, pues constituye el enlace entre un productora del dulce y una planta generadora de electricidad con el empleo de la biomasa de marabú y el bagazo de la caña de azúcar.
Los expertos catalogaron de positiva la interconexión, pues fue posible la molida y entrega de bagazo por parte del coloso y, a su vez, la bioeléctrica aportó los primeros megawatts al ingenio.
La inversión en la construcción de la planta y la modernización del central supera los 300 millones de dólares, y es coherente con la política de Estado de incrementar la producción azucarera y desarrollar las fuentes renovables de energía, indicó el rotativo.
Aunque la planta tiene capacidad para generar 60 megawatts, solo aportará unos 45 (los restantes son necesarios para el propio consumo de ella y el central) en tiempo de zafra y se prevé queme en sus calderas la biomasa compuesta por un 70 por ciento de bagazo y un 30 por ciento de marabú.
Al entrar la bioeléctrica en funcionamiento estable, permitirá el ahorro de 100 mil toneladas de petróleo al año, además de dejar de emitir 300 toneladas de dióxido de carbono a la atmósfera.
La maquinaria comenzó a entregar corriente al Sistema Eléctrico Nacional desde el martes pasado, y la prueba de sincronización ocurrió en la víspera.
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