Activistas del proyecto Puentes de Amor radicados en Estados Unidos, italianos, cubanos residentes en este país y una boliviana amiga de la isla, integran el grupo decidido a cubrir el trayecto de 30 kilómetros por la senda de San Francisco de Asís, a pesar del frío y la amenaza de lluvia.
Antes de partir, el coordinador de Puentes de Amor, Carlos Lazo, pronunció emocionadas palabras en las cuales destacó el valor de acciones como ésta para crear conciencia sobre la necesidad de eliminar las medidas coercitivas unilaterales contra la nación caribeña y su pueblo.
El profesor cubano-estadounidense recordó que la víspera, mientras la comitiva marchaba de noche, con frío, por caminos empinados y empedrados, preguntó a los más jóvenes qué hacemos aquí y él mismo respondió “amando a mi país como a mí mismo”.
En el igual sentido se pronunció el presidente de la Agencia para el Intercambio Cultural y Económico con Cuba, Michele Curto, quien exaltó el significado de la ayuda prestada por colaboradores cubanos de la salud a Italia en el enfrentamiento a la pandemia de Covid-19.
Si estamos aquí hoy es para retribuir modestamente el apoyo recibido de los médicos y enfermeros cubanos, quienes con su labor construyeron puentes de amor en los momentos más difíciles de la pandemia cuando la batalla era contra un enemigo desconocido, indicó Curto.
Por su parte, la boliviana Guadalupe Aguilar señaló que “estos puentes de amor sirven para que Cuba pueda seguir ayudando a otros pueblos”.
Tras una breve parada al mediodía para reponer fuerzas, la peregrinación continuó la marcha a través de bosques y montañas con la intención de arribar a Rieti antes del anochecer.
“Camino de amor” es la iniciativa auspiciada también por la Coordinadora de Cubanos Residentes en Italia y otras organizaciones la cual contempla diversas actividades hasta el próximo día 23, incluida la caminata de casi 100 kilómetros hasta la capital italiana.
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