En la rúbrica del documento participaron el titular de Salud Pública y Asistencia Social de este país centroamericano, Francisco Coma, y la embajadora de la Isla aquí, María del Pilar Fernández.
Asistieron, además, funcionarios de la Unidad Central de Cooperación Médica de Cuba, de visita en la tierra del Quetzal, así como miembros del Consejo de Dirección de la Brigada Médica (BMC), encabezada por el doctor Ernesto Jiménez.
A principios de noviembre de este año, la BMC cumplió 23 años de colaboración ininterrumpida desde la llegada de los primeros médicos en 1998 a raíz del paso del huracán Mitch por Centroamérica con su estela de muerte y destrucción.
Actualmente son 423 integrantes distribuidos en 16 de 22 departamentos, desde un hospital temporal Covid-19, cuatro centros oftalmológicos como parte de la Operación Milagro, hasta puestos y centros de salud de comunidades intrincadas, donde viven y trabajan a pesar de campañas mediáticas tendenciosas para restar mérito a una labor eminentemente humana.
La más reciente tuvo lugar a mediados de 2020, cuando el diputado Felipe Alejos (bancada Todos) intentó por todos los medios la expulsión de la BMC en los momentos más crudos de la pandemia de la Covid-19 y cuando sus miembros estaban en la primera línea de atención de la enfermedad junto a sus colegas guatemaltecos.
Sin embargo, los propios beneficiarios de esa ayuda desinteresada salieron a defender y pedir su permanencia al gobierno de Alejandro Giammattei.
Por su contribución a la paz y el desarrollo de la salud, la BMC recibió el 11 de diciembre el Premio Gisella Paz y Paz y Jorge Rosall de parte del Comité Ejecutivo de la Red por la Paz y el Desarrollo de Guatemala.
El galardón, en su condición de funcionarios internacionales destacados y por el desarrollo de tareas loables en el mundo, cobró relevancia por reconocer la labor de Cuba en el marco del Día Internacional de los Derechos Humanos.
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