Guionistas e ilustradores de países como México, España, Argentina, Costa Rica, Francia y otros, destacan en la escena contemporánea por su capacidad de llevar a viñetas conflictos actuales relacionados con la identidad sexual, estereotipos de género, historia y violencia contra las mujeres.
Recientemente, los españoles Luis Amavisca y Sonia Pulido publicaron el álbum ilustrado Más puta que las gallinas (y otras animaladas machistas), compendio crítico que, bajo el sello de la editorial Nube 8, recoge las expresiones peyorativas presentes en el acervo popular. Frases como «Estás como una foca», «Eres una hija de perra» o «Vas pintada como una mona» aparecen en este volumen, que llama a la reflexión sobre el machismo presente en la cotidianidad.
Asimismo, el movimiento de ilustradores mexicano tomó de la mano causas como la desaparición de los 43 estudiantes de Ayotzinapa, los asesinatos de periodistas y los elevados índices de feminicidios, en aras de ponderar el humor gráfico como instrumento de denuncia.
En tanto, investigaciones como ¿Es solo un chiste? Reconstruyendo los significados del derecho al sufragio femenino en Costa Rica, bajo la lupa del humor gráfico (1949-1953), demuestran la contribución de las mujeres a la historia.
La lucha por los derechos de las fñeminas tomó, en las últimas décadas, escenarios del arte y la cultura argentinos a fin de promover un cambio de políticas y regulaciones institucionales, lo cual dio origen a Fantástica Violeta, historieta que agrupa voces capaces de materializar esas perspectivas y denuncias.
De esa misma nación emergió la icónica Mafalda, la niña inconforme con la humanidad, curiosa e incisiva de Joaquín Salvador Lavado (Quino), considerada la figura femenina más famosa de la historia del humor gráfico.
Casi cinco décadas después, las reflexiones de esa pequeña sobre el poder o la desigualdad social, no pieden vigencia, como tampoco pereció ante el paso del tiempo su discurso en torno a las diferencias entre hombres y mujeres, como lo demuestra el recopilatorio Mafalda, femenino singular (2018).
De igual forma, resalta la novela gráfica Ofensiva final, firmada por Susanna Martín, quien sitúa a su protagonista en un futuro cercano donde un muro divide a América y conoce al sur de esa muralla a otra mujer, con quien inicia una relación especial.
El logro del derecho al sufragio en la España de 1931, impulsado por Clara Campoamor, también aparece entre viñetas, de la mano de la guionista Alicia Palmer y la ilustradora Montse Mazorriaga, que recordaron el 90 aniversario de esa fecha clave para la historia ibérica y del feminismo internacional.
Igualmente, la capacidad del cómic para incomodar y señalar verdades de la sociedad quedó demostrada en la estética del ilustrador o ilustradora conocido/a como No sé, que se nutre del arte pop de la década de 1960 para compartir en redes sociales sus viñetas incisivas.
Por su parte, la obra de la francesa Cécile Dormeau vindican los derechos de género, mediante ilustraciones que reflejan preocupaciones, frivolidades, hábitos, batallas diarias y personalidades de las mujeres de hoy.
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