La exposición integrada por 40 obras, registra sus primeros momentos de definición en 1950 y hasta finales del sesenta, cuando ella se sumergió en el llamado “silencio pictórico” en tanto presenta la variedad de materiales y soportes utilizados por la artista para expresarse.
De acuerdo con la institución nacional, destacan sus óleos sobre lienzos, sus tempranas exploraciones con técnicas mixtas y la selección de grabados, reflejo de una técnica abundantemente intervenida por Eiriz; unida a los connotados ensamblajes que fueron construidos con objetos de desecho.
A partir de su personal sensibilidad y preclara visión, se revelan sus denuncias a las acciones terroristas acaecidas en los primeros años de la Revolución, además de la pervivencia de males y comportamientos sociales, subraya el catálogo del MNBA.
Con la curaduría de Roberto Cobas Amate, la exhibición incluye creaciones provenientes del tesauro de la mayor institución museística del país y otras colecciones institucionales y privadas en la isla que atesoran el legado de Eiriz, pionera del uso del arte de la instalación en el panorama visual de su tiempo.
La muestra, abierta hasta el 22 de febrero de 2022, revela las líneas discursivas de la pintora, quien participó en varias bienales de arte en Japón, Chile, Brasil y Polonia y realizó exposiciones personales en España, Francia, México y Estados Unidos, país donde falleció en 1995, a los 65 años de edad.
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