Roble calificó este lunes de indignantes las acusaciones del mandatqrio sobre corrupción en el caso de apropiación de tierras del Estado para construir una lujosa residencia, y aseguró que la fallida toma militar de su cargo era una violación de la Constitución y de las leyes.
La situación es vista como un nuevo capítulo del enfrentamiento entre ambos personajes poderosos en un país inestable políticamente desde el derrocamiento en 1991 del ya fallecido mandatario Mohamed Siad Barre.
El detonante de la crisis fue lo que «Farmajo» consideró una incapacidad de Roble para convocar las aplazadas elecciones generales, en medio de una galopante sequía que amenaza a siete de los casi 16 millones de somalíes y el enfrentamiento a milicias armadas pertenecientes a la organización al Shaabab.
Sin embargo, las tropas leales al primer ministro, reforzadas por la Misión de mantenimiento de la paz de la Unión Africana (Amisom), retomaron el control de las oficinas de Roble y expulsaron a los leales al presidente
Imágenes difundidas en Internet mostraron barreras con sacos de arena en los accesos a la sede gubernamental y a Roble regresando con su adjunto y el jefe del Ejército.
«El primer ministro está llevando a cabo sus tareas cotidianas, según la Constitución, como de costumbre, y está plenamente comprometido con el cumplimiento de su responsabilidad nacional de llevar a cabo un proceso electoral aceptable que culmine en una transición pacífica del poder», informó su oficina.
Roble reprendió la víspera al jefe de Estado sobre sus intenciones de colocar a otro primer ministro al alegar ineptitud del primero para llevar adelante el proceso electoral.
Entretanto, el jefe de Gobierno realizó un enroque entre los ministros de Defensa, Hassan Hussein Haji; y de Justicia, Abdikadir Mohamed Nur, lo cual «Farmajo» calificó de intento de obstaculizar una investigación sobre las acusaciones de corrupción contra el primer ministro.
La nueva disputa saltó a la palestra pública después de que el expresidente del parlamento Mohamed Mursal dijera que el acuerdo del 17 de septiembre expiraría este mes e insinuara una posible prórroga del mandato del presidente, tras las especulaciones de que planeaba convocar una reunión del órgano legislativo saliente para expulsar al primer ministro.
En abril pasado combatientes progobierno y opositores se enfrentaron a disparos en las calles de Mogadiscio, después de que mandatario extendiera su período de Gobierno sin celebrar elecciones.
La crisis constitucional fue aplacada cuando el presidente dio marcha atrás en su decisión y Roble negoció un calendario electoral.
Los dos altos funcionarios accedieron a hacer las paces en octubre pasado y llamaron conjuntamente a acelerar el proceso electoral. Somalia no celebra elecciones directas desde hace 50 años y tiene un complejo sistema de votación indirecto.
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