BioAlfa, una iniciativa declarada de interés nacional en 2019, pretende inventariar por medio de herramientas biotecnológicas toda la biodiversidad silvestre multicelular de Costa Rica.
El dinero fue donado por la Fundación Walder, en Chicago; el Centro de Genómica para la Biodiversidad de la Universidad canadiense de Guelph; y un contribuyente privado de Canadá.
La directora de la Comisión Nacional de Gestión de la Biodiversidad (Conagebio), Ángela González, afirmó que con esos recursos, BioAlfa podrá financiar los estudios correspondientes a todos los insectos colectados en un año y la generación de los códigos de barra.
Con ello, prosiguió, se enriquecerá el inventario costarricense y acercará al país a la implementación de información nacional propia.
De su lado, el director ejecutivo del Sinac, Rafael Gutiérrez, indicó que ese inventario inició en 2019 en parques nacionales y áreas silvestres, con la ayuda de la Oficina Técnica de la Conagebio, que capacitó a los guardaparques y administradores sobre el proceso de atrapar y clasificar los insectos de cada lugar.
Explicó que las trampas son unas carpas similares a una tienda de acampar con la puerta abierta y cada una puede atrapar entre 10 mil y 100 mil insectos por año en un recipiente de etanol y señaló que actualmente existen cientos de miles de muestras congeladas, las cuales no se habían podido analizar e identificar por falta de presupuesto.
De acuerdo con el Ministerio de Ambiente y Energía, todo la información generada por BioAlfa será integrada en la Plataforma para la Gestión del Conocimiento y la Información de la Biodiversidad, también declarada de interés público para Costa Rica.
jha/ale