De acuerdo a activistas citados por el diario al-Watan, la localidad de Abu Rasin y otros poblados en el área de Tel Temer en el norte de la provincia nororiental de Hasakeh cerca de la frontera con Turquía siguen siendo blancos de intensos ataques con artillería pesada y cohetes de los uniformados turcos y sus mercenarios.
Agregaron que entre las víctimas mortales de estas acciones bélicas hay dos niños y cuatro mujeres, mientras más de mil 500 familias abandonaron sus hogares y ocho poblados quedaron completamente vacios de sus residentes.
Por otro lado, las autoridades locales afirmaron que siguen prestando asistencia humanitaria y alimentaria a las familias desplazadas alojadas en los centros de acogida o en las casas de civiles en localidades cercanas a las zonas blancos de ataques.
Las acciones bélicas provocaron colosales pérdidas materiales y son frecuentes contra comunidades aledañas a las zonas bajo dominio de los militares turcos y se perpetran con el pretexto de destruir blancos de la FDS, milicia de mayoría kurda aliada de Estados Unidos, calificada de terrorista por Ankara.
Desde 2018 los militares turcos y agrupaciones armadas ilegales controlan extensas áreas en las provincias de Idlib, Alepo, Raqa y Hasakeh en el norte de Siria.
En varias ocasiones Damasco denunció esa presencia y la calificó de ocupación, y aseguró que los continuos ataques de Turquía pretenden un cambio demográfico mediante el desplazamiento de civiles.
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