El poderoso bloque (RCEP, por sus siglas en inglés), del cual se esperan en 20 años cero aranceles en más del 65 por ciento del comercio de bienes y hasta el 90 por ciento, arrancó el 1 de enero con 10 de sus 15 miembros, mientras Sudcorea se incorporará en febrero e Indonesia, Malasia, Myanmar y Filipinas deben ratificar el tratado.
Según la Conferencia de Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (Unctad), el emergente acuerdo representa 30.5 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) mundial.
Los otros grandes tratados comerciales regionales en términos de su peso en el PIB mundial son el Mercosur (2,4 por ciento), la Zona de Libre Comercio Continental Africana (2,9 por ciento), la Unión Europea (17,9 por ciento) y el acuerdo entre Canadá, Estados Unidos y México (28 por ciento).
Pese al tamaño económico del RCEP y su dinamismo comercial, que lo convertirán en centro de gravedad del comercio mundial, India desestimó unirse al grupo.
Se trata de un acuerdo de libre comercio entre los 10 estados de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (Asean), Brunéi Darussalam, Camboya, Indonesia, Laos, Malasia, Myanmar, Filipinas, Singapur, Tailandia y Vietnam, y cinco países de Asia-Pacífico con los cuales la Asean tiene acuerdos de libre comercio, Australia, China, Japón, Corea del Sur y Nueva Zelanda.
El ministro indio de Comercio, Piyush Goyal, señaló a medios de comunicación en 2020 que Nueva Delhi decidió no formar parte del RCEP en interés nacional, sobre todo de los agricultores y de las industrias de pequeña y mediana escala.
Varias asociaciones comerciales y organismos cooperativos indios elogiaron al primer ministro Narendra Modi por negarse a formar parte, una determinación que también aplaudió la Federación de Cámaras de Comercio e Industria de la India.
OPINIONES FAVORABLES
Sin embargo, algunos expertos señalaron estar a favor de la adhesión de la India, a pesar de ser conscientes de que constituye una empresa neoliberal.
El columnista indio Jhon Cherian, de la revista Frontline, señaló a Prensa Latina que la adhesión al RCEP habría ayudado a India a mejorar sus relaciones con China y la región de Asia- Pacífico y a reducir su dependencia de Estados Unidos.
Asimismo, un artículo del portal de noticias y opinión The Wire apuntó que no integrar al bloque tampoco contribuye a mejorar la competitividad de las industrias nacionales ni a prepararlas para la competencia mundial, pese al temor de que las importaciones baratas perjudicarían los sectores lácteo y agrícola.
Rehuir ese tratado tampoco impulsará la demanda o el consumo interno, algo que la economía india necesita urgentemente, añadieron los estudiosos.
Lo anterior quizás habría sido posible si los consumidores tuvieran acceso a productos de mejor calidad y bajo coste de los países firmantes del acuerdo.
Igualmente se vieron frustradas las esperanzas de las micro, pequeñas y medianas empresas, que anhelan formar parte de las cadenas de valor mundiales mediante el acceso a productos intermedios a precios competitivos a nivel internacional.
De acuerdo con la fuente, la decisión de no entrar en el convenio no facilita la gestión de los negocios de las micro, pequeñas y medianas empresas, ni fomenta su crecimiento, sino al contrario, pues una vez que entre en vigor, es probable que los efectos de la desviación del comercio en la India sean sustanciales.
Un artículo de la revista Foreign Policy sugirió en 2020 que Nueva Delhi eligió el proteccionismo en lugar del RCEP.
CRITERIOS OPUESTOS
Economistas y analistas políticos argumentan que India se beneficiaría de la adhesión al RCEP, pues además de las ventajas para los consumidores nacionales en forma de productos más baratos y de mayor calidad, facilitaría a las empresas indias participar en las cadenas de valor mundiales y atraería inversiones extranjeras.
A pesar de los beneficios potenciales, la negativa india no fue del todo sorprendente pues durante décadas, Nueva Delhi siguió un conjunto de políticas económicas proteccionistas en su compromiso con una estrategia de industrialización de sustitución de importaciones.
En ese sentido, la administración del primer ministro Narendra Modi se centró en la estrategia «Fabricar en India» desde el principio de su mandato y antes de que la pandemia destrozara la economía nacional anunció una política de autosuficiencia económica (Atmanirbhar en hindi) para impulsar la industria del país.
Otras dos razones de peso para la intransigencia india es que el rápido desmantelamiento de las barreras arancelarias resultaría costoso para una serie de empresas industriales locales que no son competitivas a nivel mundial.
Importantes segmentos de la industria india, como acero, plástico, cobre, aluminio, papel, automóviles y productos químicos, alabaron la decisión de mantenerse al margen del RCEP.
Muchos agricultores indios creen que una rápida apertura de los mercados del país a los productos agrícolas extranjeros podría colocarlos en una desventaja significativa.
Los productores de leche se oponen a ofrecer acceso al mercado a los fabricantes extranjeros, pues temen a la capacidad de las competitivas y más industrializadas industrias lácteas de Australia y Nueva Zelanda.
Aunque existe una importante oposición al RCEP por parte de la agricultura y la industria, cabría esperar que el sector de servicios de la India abogara por adherirse al acuerdo.
Según los datos de la Organización Mundial del Comercio, India fue el octavo mayor exportador de servicios y el noveno mayor comerciante de servicios del mundo en 2018 y es conocida como una potencia en las áreas de tecnología de la información (TI) y servicios empresariales.
De hecho, las empresas indias de TI presionan para obtener un mayor acceso a los mercados de los países miembros del RCEP. Pero la naturaleza de sus exportaciones implica el movimiento transfronterizo de profesionales.
En consecuencia, buscan concesiones relacionadas con las normas restrictivas de los visados de negocios, los costes de cumplimiento de la ley y los regímenes fiscales nacionales, especialmente en China.
Aunque el RCEP promete cierta liberalización del sector de los servicios, los países miembros no ofrecen licencias en cuanto al movimiento transfronterizo de profesionales, un interés clave de India.
Entrevistado por Prensa Latina, el estudioso C. P. Chandrasekhar opinó que el RCEP es significativo no sólo por apoyar el impulso de China como gran potencia regional y mundial, sino también porque lo hace sin la presencia de Estados Unidos y la India, que comparten el objetivo de querer contrarrestar este ascenso.
La oportunidad de ampliar la influencia regional de China sin que India- como aliada de Estados Unidos- interfiera en ese proyecto pudiera ser una recompensa más que adecuada, opinó Chandrasekhar.
rmh/abm
*Corresponsal jefe de Prensa Latina en India