De acuerdo con un informe del ente, identificaron a delincuentes que operaban en el sector de Felipillo, corregimiento Pacora, al este de esta capital, quienes en 10 años lograron construir un grupo de ese tipo denominado Manzana Cero, con una marcada influencia en la política.
La DIJ asevera que la nueva organización criminal tenía relación con líderes de juntas comunales y municipales, con el objetivo de evadir el control de las autoridades y poder realizar sus operaciones de custodia y transporte ilícito hacia sectores fronterizos con Costa Rica.
El informe de inteligencia, que publica el diario La Estrella de Panamá, estableció las rutas de las operaciones de esos grupos criminales en los sectores del Pacífico, como La Palma hasta el golfo de Panamá (Punta Alegre, Gonzalo Vásquez, Chimán y Chinina).
Además mostraron pruebas de movimientos en poblados del Caribe, desde Puerto Obaldía hasta Guna Yala, en Cangadi, Mandiyala, y llegan a demarcaciones del distrito de Chepo.
Las acciones del Servicio Nacional de Fronteras, añade el texto, lograron el decomiso de estupefacientes y la aprehensión de los actores, lo cual coincide con las rutas para el ingreso de cargamentos de droga por el litoral Pacífico de Panamá.
Manzana Cero, según el informe de la DIJ, se autodenomina con los nombres de HP (Humildad y Pureza) o Clan Agua, y algunos de sus principales cabecillas fueron detenidos como resultado de la operación Damasco.
Entre ellos figuran Carlos Aguilar, Franklin Acevedo y Teresina Lineth Vigil, esta última hermana del diputado panameñista Elías Vigil.
Lineth Vigil fue detenida el pasado mes de diciembre en el Aeropuerto Internacional de Tocumen al ingresar al país, procedente de Medellín, Colombia, y el Ministerio Público aseveró entonces que se trataba de una prófuga de la justicia incluida en una lista de las 12 personas más buscadas por diversos delitos.
En esta ocasión, se le asocia con preparativos con el fin de ampliar el mercado de bienes ilícitos, detalla el documento.
La también conocida como La patrona organizó reuniones de coordinación y efectuó pagos de reservas de hoteles para huéspedes identificados luego como líderes de pandillas, señala la DIJ.
De esa manera, agrega, simples delincuentes crearon una organización criminal capaz de enviar grandes cantidades de estupefacientes a países como Panamá, Costa Rica, República Dominicana, Nicaragua y México.
La DIJ cita en el informe un trabajo de la Dirección Nacional de Inteligencia Policial del año 2010, que le dio seguimiento a este grupo criminal.
Las autoridades panameñas asocian el auge de la violencia en los barrios con delitos como los del sector este del distrito de Panamá, relacionados con la comercialización de drogas y las rivalidades entre grupos que se disputan el territorio por la compra y venta de sustancias ilícitas.
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