La decisión se anunció mediante una declaración conjunta de ambos gobiernos recogida por la prensa en Nairobi, en la que insistieron en que los nuevos plazos eran el resultado de amplias consultas con las partes interesadas en Mogadiscio.
Respaldada también por la Autoridad Intergubernamental para el Desarrollo, la Organización de Naciones Unidas (ONU) y numerosos países, en el texto se insistió en que las autoridades deben ahora garantizar que los plazos se corresponden con unas elecciones creíbles.
Nos complace que el primer ministro Mohamed Hussein Roble y los dirigentes de los estados federales tomaran decisiones sobre la base de consultas con la sociedad civil, representantes de las mujeres y figuras de la oposición, añadieron en el documento.
Roble anunció este domingo una hoja de ruta de ocho puntos para la conclusión de los comicios legislativos, que debieron concluir en diciembre del año antespasado para que los parlamentarios escogieran por votación indirecta al mandatario del país, en enero de 2021.
Ya fueron escogidos 54 senadores pero falta elegir 275 escaños de la Cámara Baja para constituir un parlamento federal bicameral, cuyo primer encargo será la de designar al presidente del país de poco más de 15,8 millones de habitantes.
Además del enfrentamiento a grupos armados irregulares que operan en zonas rurales del centro y sur, y la amenaza de la sequía a siete millones de habitantes, Somalia vive una inestabilidad política desde el derrocamiento en 1991 del ya fallecido presidente Mohamed Siad Barre.
Unido a todo ello, parece que viven una tregua los enfrentamientos entre Roble y el mandatario Mohamed «Farmajo» Abdullahi, cuyo periodo concluyó en abril del año pasado.
Aunque «Farmajo» hizo público su beneplácito al calendario electoral anunciado por Roble, están recientes los intercambios mutuos de acusaciones, de una parte, de intento de golpe de Estado, y de otro, de corrupción e incapacidad para organizar el proceso, proferidas por el primero.
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