En su reclamación Volkswagen pidió que se pusiera fin al proceso, ante la existencia de un caso paralelo ya juzgado por la justicia alemana, pero tras el rechazo de hoy el abogado de la firma, Nicolas Huc-Morel, confirmó la intención de recurrir al Tribunal Supremo.
Insistió en que debe prohibirse una doble condena por hechos alegados idénticos, de conformidad con el principio de que “no se puede juzgar dos veces por los mismos hechos”, aplicable en el presente caso según Huc-Morel.
Por su parte el abogado de la acusación popular, Francois Lafforgue, consideró la resolución como “una buena noticia para las víctimas”, y pidió que “la investigación continúe lo antes posible y que los responsables sean llevados ante el tribunal penal lo antes posible”.
En 2015, tras las acusaciones de la agencia medioambiental de Estados Unidos, Volkswagen reconoció haber equipado 11 millones de sus vehículos diésel con un software capaz de hacerlos parecer menos contaminantes tanto en las pruebas de laboratorio como en carretera.
Tras cinco años de investigaciones la justicia francesa abrió procesos contra los fabricantes Volkswagen, Renault, Peugeot, Citroen y Fiat-Chrysler, entre mayo y julio de este año, por “engaño sobre una mercancía que supone un peligro para la salud humana o animal”.
También la agencia francesa de control del fraude se refirió en un informe de 2017 a una «estrategia global» de los fabricantes denunciados, “destinada a fabricar motores fraudulentos y luego comercializarlos”.
En Alemania el procedimiento contra Volkswagen concluyó en 2018 con el pago de una multa de mil millones de euros, elevando a 30 mil millones la cantidad desembolsada por la multinacional automovilística debido a las acciones legales seguidas en muchos países.
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