Espoleados por la necesidad de cubrir la demanda de esos artefactos ante los embates del virus Sars-Cov-2, los especialistas involucrados en estos proyectos revelaron en comparecencia televisiva que contaron con la colaboración de diversos organismos industriales y científicos así como de las contribuciones del personal médico.
A menos de dos años de que se diagnosticara el primer caso de Covid-19 en la isla, suceso acontecido el 11 de marzo de 2020, jóvenes ingenieros fueron capaces de crear respiradores de diferentes características y con diversas facilidades, dos de los cuales ya se emplean en algunos centros asistenciales.
En ese caso están el de uso de emergencia, Pcuvente y el no invasivo Ventipap, ambos desarrollados por el Centro Nacional de Neurociencias (Cneuro) y cuyas pruebas paramétricas y en pacientes resultaron satisfactorias.
Por esto, resultaron avalados por el Centro Estatal para el Control de Medicamentos, Equipos y Dispositivos Médicos (Cecmed), organismo que permaneció al tanto del desarrollo de los proyectos, según declararon sus gestores José Santos y Ernesto Velarde.
Asimismo, avanza la producción de Combiovent, el primer ventilador cubano de altas prestaciones cuyo diseño cuenta con el empleo de soluciones electrónicas propias y augura ser una herramienta útil para, entre otras cuestiones, medir la saturación de oxígeno en el paciente, aseguró uno de sus creadores, Alejandro González.
Este último modelo se debe al trabajo realizado por la empresa Combiomed que, agregó González, se enfrasca actualmente en la fabricación de un respirador que pueda ser empleado en niños y neonatos y en una máquina de anestesia, entre otras innovaciones.
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