De acuerdo con el reporte, las transformaciones de los pequeños vasos sanguíneos del tejido situado en la superficie interior del ojo son señales de una enfermedad vascular o de problemas cardíacos.
Tras estudiar a más de cinco mil personas, los científicos establecieron las asociaciones entre las patologías en la retina y los cambios en el corazón del paciente, al determinar el tamaño y la eficiencia de bombeo del ventrículo izquierdo solo a partir de un escaneo de retina.
Esto, unido a las características propias de cada persona, permitió al sistema informático vaticinar la probabilidad de sufrir un infarto en los próximos 12 meses con una precisión de entre el 70 y el 80 por ciento, abundó la información.
«El uso del aprendizaje profundo en el análisis de escaneos de retina podría revolucionar la forma en que los pacientes son examinados regularmente para detectar signos de enfermedad cardíaca», aseveró el comunicado.
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