La mayor cita del séptimo arte de esa localidad, ubicada en Gotemburgo propone 20 minutos de trance antes de las presentaciones en aras de promover nuevas interpretaciones y formas de interactuar con las películas.
Según detalla la página web del evento, el cine hipnótico constituye una alternativa para replantear las ideas sobre la forma de mirar una cinta y analizar su impacto cuando se aprecia de forma diferente.
La primera sesión aconteció la víspera de la mano del especialista Fredrik Praesto, quien hipnotizó a la audiencia , reducida por la Covid-19, para visualizar el filme Land of Dreams, de la directora irano-estadounidense Shirin Neshat.
Al subir los créditos, el experto inició la cuenta regresiva para sacar a los espectadores del trance, el cual arrojó como resultado sensaciones diversas, entre ellas una mayor concentración.
Caracterizado por experiencias innovadoras, el festival apuesta por alternativas que potencien la relación de los públicos con el cine y una apreciación desprovista de influencias externas.
En ese sentido destaca la idea del pasado año, que desarrolló proyecciones para una sola persona en el faro de una isla desierta, para adaptarse a las restricciones de la crisis sanitaria.
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