El colectivo de científicos, técnicos y trabajadores escogió para la fecha la Fortaleza de San Pedro de la Roca del Morro, Patrimonio de la Humanidad que a lo largo de sus cinco siglos ha recibido el embate de 20 terremotos perceptibles, desde su ubicación en la principal franja sismogénica de Cuba.
El doctor O´Learys González Matos, director de la institución, reafirmó que ni los efectos del bloqueo económico, comercial y financiero de Estados Unidos ni de la Covid-19 mellaron el empeño por continuar monitoreando el comportamiento sismológico del país y áreas adyacentes en pos de mitigar sus impactos.
Aludió entre los resultados a la publicación de artículos en relevantes revistas del mundo dedicadas a esas disciplinas, como parte de una trayectoria que al sumar tres décadas solo hace un alto para reflexionar en lo que falta para avanzar más en esa encomienda social y científica.
Un homenaje especial se rindió a los investigadores Fernando Boitell Jambú, Berta Elena González y Tomás Chuy Rodríguez, tres paradigmas en esos estudios en la nación, así como a los fundadores y otros expertos y trabajadores del Cenais.
Especial énfasis se puso en el protagonismo del colectivo en las investigaciones de los peligros, la vulnerabilidad y el riesgo, en la confección de los mapas de peligrosidad sísmica y la elaboración de una norma sísmica coherente con la realidad y el entorno, así como en la prevención.
En estos 30 años, de 10 estaciones analógicas el Servicio Sismológico Nacional de Cuba creció hasta 20, digitales, distribuidas en una buena parte de la geografía cubana.
La ministra de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente, Elba Rosa Pérez, trasmitió una felicitación a quienes se desempeñan en la prestigiosa entidad.
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