Paremos de estar alineados detrás de esa política y reencontremos nuestra propia voz, subrayó en su primer acto de campaña, celebrado en la sureña ciudad de Marsella.
El secretario nacional del Partido Comunista abogó por un espacio de paz y seguridad colectiva para todos los pueblos europeos, incluyendo los de Ucrania y Rusia.
A propósito de la crisis actual en Ucrania, instó a reducir las tensiones guerreristas y al diálogo firme y abierto con Moscú.
La escalada nos preocupa, y escuchamos los ruidos de botas, ya sean de soldados rusos o de la OTAN (Organización del Tratado del Atlántico Norte), después podremos indagar quién disparó primero, pero entonces será demasiado tarde, advirtió en un complejo escenario fabricado por Washington.
Roussel también defendió la eliminación de las armas nucleares, y expuso su deseo de que Francia tome la iniciativa en la ONU (Organización de Naciones Unidas) para que las potencias poseedoras de esos artefactos firmen el tratado que los prohíbe.
En el ámbito interno, el diputado propuso a los votantes acompañarlo por el camino de la dignidad y la esperanza, hacia un país de trabajo, salarios verdaderos, defensor del poder adquisitivo y las pensiones, que aplauda a los profesionales de la salud, los científicos y los artistas.
Por una Francia que porte en alto la bandera de la República social, laica y universal, sin ceder ante intriga alguna, afirmó.
Al respecto insistió en la urgencia de una distribución justa de las riquezas nacionales, un reclamo situado en el corazón de su campaña presidencial, llamada “La Francia de los días felices”.
Roussel marcha en las encuestas con hasta un tres por ciento de intenciones de voto, muy alejado de los candidatos con las mayores opciones de aspirar en las elecciones del 10 de abril a llegar al balotaje previsto dos semanas después.
wmr