De acuerdo con el documento, la pandemia de Covid-19 puso de manifiesto “el valor intrínseco del sector cultural y creativo como generador de cohesión social, recursos educativos o bienestar personal en tiempos de crisis”, sin embargo el gasto público mundial en las industrias creativas se redujo en años anteriores y de forma drástica a partir de 2020.
Ello provocó la precarización de muchos artistas y profesionales de la cultura en todo el mundo, y fuertes restricciones a la hora de exhibir la diversidad de las expresiones culturales de todo el mundo, “en momentos en los que hay argumentos convincentes de que la diversidad es un elemento estructurador de la cohesión social y la paz entre los pueblos”, señaló el texto.
Según la Unesco el sector cultural representa el 3,1 por ciento del PIB mundial y proporciona el 6,2 por ciento del empleo, pero debido a la crisis sanitaria en 2020 se perdieron 10 millones de puestos de trabajo en este campo y el valor añadido bruto de las industrias culturales y creativas a nivel mundial se redujo en 750 mil millones de dólares.
“Ha surgido una paradoja fundamental, según la cual el acceso global de la gente a los contenidos culturales y su dependencia de ellos ha aumentado, pero, al mismo tiempo, quienes producen las artes y la cultura tienen cada vez más dificultades para trabajar”, declaró el subdirector general de Cultura de la Unesco, Ernesto Ottone.
Por tal motivo, consideró necesario replantear “cómo construir un entorno de trabajo sostenible e inclusivo para los profesionales de la cultura y el arte que desempeñan un papel vital para la sociedad, en todo el mundo”, pues la pandemia puso de manifiesto lo vulnerables que son los trabajadores de los sectores cultural y creativo.
El informe pidió a los gobiernos que garanticen la protección económica y social de los artistas y profesionales de la cultura, y propuso estudiar la posibilidad de establecer un salario mínimo en el empleo cultural, así como mejores planes de pensiones y subsidios de enfermedad para los autónomos.
Pese al aumento de los contenidos ofrecidos por las plataforma digitales estos no compensan la fuerte caída de ingresos provocada por la falta de eventos en vivo, y al tiempo plantean la urgente necesidad de “diseñar sistemas de remuneración más justos para los artistas por los contenidos consumidos en línea”.
De manera general este incremento del flujo de bienes y servicios culturales a nivel mundial no modifica “la gran disparidad existente entre los países desarrollados y los países en desarrollo”, mientras persisten “desigualdades muy fuertes en los sectores cultural y creativo, como las que sufren muchas mujeres”, señaló el informe.
Por todo ello recordó la importancia de hacer frente a “los considerables desafíos que hay que afrontar para garantizar la preservación de la diversidad de las expresiones culturales en el mundo, tal y como preconiza la Convención de la Unesco sobre la protección y la promoción de la diversidad de las expresiones culturales” de 2005.
mem/acm