Esto ocurre un día después de que los manifestantes cerraran los carriles de tráfico en el puente Ambassador entre la ciudad estadounidense de Detroit (en Michigan) y la de Windsor (Ontario), el paso terrestre más transitado de Estados Unidos con su vecino del norte.
La Real Policía Montada de Canadá (RCMP) en Alberta informó a través de su cuenta en Twitter que los participantes en las protestas interrumpieron el tráfico en ambas direcciones.
Mientras el sitio web del Gobierno de Canadá, indicó que por esa situación el tiempo de espera en el paso fronterizo era de unas siete horas en la mañana de este miércoles.
Las manifestaciones comenzaron a finales de enero en rechazo al mandato obligatorio de vacuna contra la Covid-19 para cruzar la frontera con Estados Unidos, una medida del primer ministro Justin Trudeau que entró en vigor el 15 de enero.
Los camioneros aducen que la restricción -que impedirá entrar al país a todos los que no estén vacunados o les obligará a hacer una cuarentena cada vez que crucen la línea divisoria- llevarán a muchos a perder el empleo. Sin embargo, la Alianza de Camioneros de Canadá (CTA, por sus siglas en inglés) afirma que entre el 85 y el 90 por ciento de los 120 mil choferes que operan en las rutas transfronterizas, están inmunizados.
Los camioneros levantaron un improvisado campamento en el centro de la capital canadiense y el caos provocado obligó el domingo al alcalde de Ottawa, Jim Watson, a declarar el estado de emergencia en la ciudad.
La autoridad describió la situación aquí como la emergencia más grave que “nuestra ciudad haya enfrentado”.
Desde el 29 de enero las protestas se extendieron a urbes de todo Canadá, al tiempo que han atraído a un «elemento significativo» de Estados Unidos, de acuerdo con las reseñas de prensa.
Los hechos dieron lugar a más de 60 detenciones y «varias investigaciones penales» por conductas «amenazantes» e «ilegales», anunció la policía canadiense.
Una encuesta de Abacus Data del 3 de febrero, arrojó que los más identificados con la protesta son los votantes del Partido Popular, de extrema derecha, que defiende posturas antiinmigrantes, es refugio de quienes rechazan las vacunas y reclaman el derecho a portar armas de fuego.
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