En una sesión informativa, la representante de la Cancillería rusa manifestó que Washington no está dispuesto a emprender un rumbo de realismo, ni en el contexto de la Covid-19, y sigue “apretando las tuercas” de su política anticubana.
Recordó que la Casa Blanca inició su estrategia del bloqueo económico, financiero y comercial hace más de 60 años y desde entonces la mayoría de sus gobiernos la han mantenido.
En su opinión, hubo ciertos “proyectos con algún tipo de buen juicio” hacia la isla caribeña en la política estadounidense, pero no se materializaron, ni siquiera en las difíciles condiciones impuestas por la pandemia.
Zajárova subrayó que en lugar de unir fuerzas en la lucha contra el desafío común del coronavirus, las autoridades estadounidenses hicieron lo contrario, imponiendo medidas coercitivas contra la industria farmacéutica cubana.
Enfatizó que las sanciones estadounidenses son contra “la misma Cuba que está ayudando a todos en la región a superar las consecuencias de esta pandemia”.
En días recientes, también el canciller ruso, Serguéi Lavrov, reiteró que Moscú continuará denunciando el bloqueo estadounidense contra Cuba y junto a sus aliados incrementará las presiones para su levantamiento total e incondicional.
Expresó que su país manifiesta su pesar por la posición de los países que han tomado un rumbo de apoyo a la política destructiva de Estados Unidos hacia la isla.
“Tal línea es contraria a los compromisos de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible de la ONU (Organización de Naciones Unidas), en la que las medidas económicas unilaterales reciben una evaluación negativa inequívoca”, subrayó.
El jefe de la diplomacia rusa apuntó que esas acciones son incompatibles con los principios de humanidad y garantía de los derechos humanos, a los cuales los países que apoyan a los Estados Unidos declaran su compromiso.
Señaló que las trágicas consecuencias del bloqueo para la población de Cuba son un hecho reconocido de manera universal, detallado en los informes del secretario general de la ONU.
“Esperamos que los socios estudien detenidamente estos datos en vísperas de la próxima votación sobre la resolución y se guíen por ellos para determinar su posición”, subrayó.
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