En un comunicado, la autoridad cita como argumento el riesgo de los problemas de orden público que pudiera causar la movilización, ya que su objetivo –precisó- es “bloquear la capital y afectar la circulación en las calles de París”.
La víspera, desde Niza, Bayona, Perpiñán, Lille, Brest, Estrasburgo y otras ciudades salieron grupos de variados tamaños en camiones, automóviles y motos con banderas y pancartas antigubernamentales, en particular contra el pase de vacunación vigente desde el mes pasado para frenar la propagación de la Covid-19
Integrantes del movimiento de los Chalecos Amarillos, antivacunas y ciudadanos de los más diversos sectores de la sociedad acudieron a la movilización convocada en las redes sociales, la cual se inspira en la protesta de camioneros canadienses que desde hace días bloquea a Ottawa.
El grupo de Facebook convoy de la libertad acumula ya casi 340 mil seguidores, quienes comparten videos, fotos y criterios sobre la manifestación que debe llegar mañana a esta capital, y que no pocos pretenden extender hasta Bruselas, sede de instituciones de la Unión Europea.
De acuerdo con la Prefectura policial de París, las fuerzas de seguridad tienen indicaciones firmes, y los violadores de la prohibición se exponen a multas de cuatro mil 500 euros si bloquean el tráfico, la retención del vehículo y la suspensión por hasta tres años de la licencia de conducción.
Asimismo, advirtió que organizar una manifestación prohibida representa el riesgo de ir seis meses a prisión y de recibir siete mil 500 euros de multa.
El ministro del Interior francés, Gérald Darmanin, confirmó que las autoridades siguen atentamente la situación, y adelantó que la respuesta del Estado será “extremadamente firme” si la circulación del tráfico y de las personas es perturbada.
Por su parte, el portavoz gubernamental Gabriel Attal defendió ayer después de una reunión del Consejo de Ministros la gestión del Ejecutivo frente a la pandemia de Covid-19 y criticó a quienes a su juicio tratan de sacar provecho político de la situación.
Según el vocero, Francia ha sido uno de los países de Europa con menos restricciones en el combate a la Covid-19, criterio con el cual trató de neutralizar a quienes esgrimen la violación de sus derechos y libertades individuales como argumento para protestar.
Sin embargo, en un gesto al parecer de desescalada, Attal confirmó que el pase de vacunación pudiera dejar de exigirse para finales de marzo o principios de abril, en sintonía con los progresos en la lucha contra la enfermedad.
El polémico documento, que muestra un esquema completo de vacunación de su portador, es indispensable para poder realizar algunos viajes o acceder a restaurantes, cines, museos, teatros, eventos, espectáculos, estadios y otros lugares, medida que sectores de la sociedad consideran contraria a su libertad.
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