Las estrategias de supervivencia de un sector impactado por la pandemia de la Covid-19, el cumplimiento de los objetivos de la agenda 2030 de desarrollo sostenible, la conexión de la ciencia con los programas de desarrollo nacionales, la formación de profesionales, son solo algunos los temas que pusieron bajo la lupa los cerca de mil 500 delegados al evento.
Por décimotercera ocasión, Cuba se convirtió en capital mundial de la educación, del 7 al 11 de febrero, y ello no resulta un elemento fortuito, sino evidencia del terreno ganado por la isla en la materia, un reconocimiento que trasciende fronteras, al decir del ministro del sector, José Ramón Saborido, en declaraciones a la prensa al término de la cita.
El presidente de la nación, Miguel Díaz-Canel, recibió a las delegaciones visitantes, participó en la clausura y también en la inauguración del encuentro, con la conferencia “Gestión de gobierno basada en ciencia e innovación: avances y desafíos”.
La relación entre los expertos y el Gobierno es intensa, respetuosa y armoniosa, aseveró el mandatario de la nación antillana en el Palacio de Convenciones de La Habana -sede de Universidad 2022- y añadió que un desafío en ese camino está en que las capacidades científicas y tecnológicas permitan un desarrollo próspero, sostenible y justo.
El congreso permitió también a los centros de enseñanza superior la presentación de sus principales resultados científicos y productivos, en espacios que igual sirvieron para la firma de una decena de convenios de colaboración.
Resaltan los rubricados con México, Rumanía, Rusia, Panamá y Emiratos Árabes Unidos, aunque en realidad establecimos acuerdos con la mayor parte de los 42 países representados, declaró Saborido a Prensa Latina.
Otro resultado positivo del evento fue la decisión de retomar las reuniones bilaterales de rectores, cuya primera edición acontecerá en Rusia en el mes de mayo, puntualizó.
Siete simposios, 25 eventos colaterales, varios foros, visitas especializadas a instituciones científicas y socioculturales y más de mil 635 ponencias conformaron -grosso modo- la agenda del evento en torno a temas como calidad, internacionalización, desarrollo local, transformaciones didácticas innovadoras, desarrollo sostenible, entre otros.
Llamó la atención, además, la participación de 173 personalidades, cinco ministros, seis presidentes de asociación de rectores y 126 rectores de universidades.
“Es este un punto de encuentro en el camino al Congreso Mundial de Educación Superior, además del espacio propicio para continuar fortaleciendo las históricas alianzas entre Cuba y Venezuela”, dijo el viceministro del sector en ese país sudamericano en exclusiva con esta agencia.
Por su parte, Francesc Pedró, director del Instituto Internacional de la Unesco para la Educación Superior en América Latina y el Caribe, señaló que la reunión envió una señal muy positiva sobre el potencial de la tecnología para amplificar los debates en las universidades y entre los académicos.
El intelectual brasileño Frei Betto concluyó el evento con un llamado a que la universidad esté conectada con la vida, centrada en temáticas de actualidad y comprometida con valores y principios.
Es ese el espíritu que volverá a reunir en La Habana, entre el 5 y el 9 de febrero del 2024, a delegados en la XIV edición del Congreso Internacional de Educación Superior.
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