La decisión de la Casa Blanca de repartir los siete mil millones de dólares de Afganistán congelados en bancos norteamericanos provocó la ira de la población y de las autoridades de Kabul, así como de antiguos políticos, inversores e industriales y de varios países de la región y organizaciones internacionales.
Los manifestantes dijeron que el 11 de septiembre no tiene ninguna relación con el pueblo afgano, por lo cual no deben pagar las indemnizaciones de las víctimas de los atentados.
Pidieron que se disolviera la orden ejecutiva de Joe Biden, pues los activos pertenecen al pueblo afgano y no a ningún gobierno, explicó la agencia de noticias afgana The Khaama Press.
Mientras tanto, en la ciudad de Jalalabad, en la provincia oriental de Nangarhar, se celebró una manifestación similar de gente común, cambistas e inversores, que condenaron la decisión estadounidense.
En la provincia septentrional de Kunduz, los cambistas se pusieron en huelga y protestaron para condenar la decisión de Joe Biden y los habitantes de la provincia de Maidan Wardak también se manifestaron contra esta acción del gobierno de Estados Unidos.
Kabul condenó enérgicamente las acciones injustificadas de Biden como una violación de los derechos de todos los afganos.
El presidente Biden, desafiando todas las normas internacionales, congeló inicialmente los activos de Afganistán, depositados en los bancos de su país, y ahora quiere utilizarlos de manera irresponsable, señaló una declaración del gobierno talibán.
Kabul exigió a Washington la liberación de la riqueza de los afganos sin condiciones y abstenerse además de cualquier acción provocadora que pueda generar más desconfianza.
Si Estados Unidos continúa con sus acciones provocadoras, Afganistán se verá obligado a reconsiderar su política hacia su país, expresó la declaratoria.
Las Naciones Unidas volvieron a pedir la liberación del dinero congelado de Afganistán congelado por Estados Unidos, reflejó la agencia Bakhtar News.
El secretario general adjunto de la ONU para Asuntos Humanitarios, Martin Griffiths, pidió en un tuit a todos los países garantizar la liberación de las reservas de divisas de Afganistán para ayudar a la gente y evitar el colapso económico y la crisis humanitaria del país.
La Cámara de Comercio e Industrias afgana anunció recientemente que de los nueve mil millones de dólares congelados por Estados Unidos, dos mil millones de dólares son dinero de los inversores prestado al banco central.
Además, los bancos privados señalaron que parte de los activos son depósitos bancarios de la gente almacenados en el banco central.
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