En la semana final de la sesión 46 del Consejo, el órgano de 47 Estados miembros aprobó un nuevo texto después de respaldar ayer los relacionados con la renovación del mandato del relator especial sobre Derechos Culturales y el impacto de la deuda externa en el pleno disfrute de los derechos humanos.
La resolución aprobada este miércoles aquí aboga por la promoción y la protección del derecho a la alimentación, en un contexto particular para la humanidad ante las consecuencias de la pandemia de la Covid-19.
Esta cuestión cobra mayor relevancia en la actual coyuntura derivada de la Covid-19, que ha impuesto grandes retos a la realización plena de los derechos en el mundo, con un impacto negativo directo en el derecho a la alimentación, manifestó el embajador de Cuba en ONU-Ginebra, Juan Antonio Quintanilla, al presentar el texto copatrocinado por varias delegaciones.
De acuerdo con el diplomático, el proyecto experimentó adiciones, a partir de la recomendación de un Estado miembro, relativas a la preservación y el uso sostenible de la agrobiodiversidad y los ecosistemas.
Las incorporaciones no afectan la esencia de la resolución y contribuyen al balance de la misma, dijo Quintanilla, quien agradeció a las delegaciones interesadas por ‘su espíritu constructivo en aras del consenso en un tema tan importante para la comunidad internacional’.
En la reunión, el representante permanente de la isla insistió en que no hay país rico o pobre ajeno al impacto en el derecho a la alimentación de múltiples crisis globales interconectadas, entre ellas la Covid-19 y el cambio climático, y de factores estructurales como el funcionamiento del sistema internacional del comercio y los patrones insostenibles de producción y consumo.
Por tanto, el tema debe continuar siendo de especial interés y atención del Consejo, subrayó.
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