El sondeo realizado por Elabe para los medios BFM TV, L’Express y SFR ratifica la amplia ventaja de Macron en intenciones de voto para la primera vuelta, prevista el 10 de abril, con un 24,5 por ciento; y sitúa a Le Pen delante en la carrera por el otro boleto para la segunda, señalada dos semanas después, con un 18 por ciento.
A diferencia de otros estudios de opinión, que reflejan una cerrada lucha por el segundo puesto entre la diputada y presidenta de Agrupación Nacional y el polemista Éric Zemmour, la nueva pesquisa coloca al también ultraderechista más alejado, con un 13,5 por ciento de apoyo electoral en la batalla por el Palacio del Elíseo.
Hace un lustro, Macron arrolló a Le Pen en el balotaje, el cual de repetirse, volvería a tener al mandatario como claro favorito, de acuerdo con las encuestas.
La investigación de Elabe sí coincide con otras en la caída de la conservadora Valérie Pécresse, quien con un 11,5 por ciento de intenciones de voto deja cada vez más de ser la contendiente de fuerza que mostraban los sondeos en diciembre y parte de enero, impulsada entonces por su elección como candidata del partido Los Republicanos.
En el quinto puesto continúa el líder de La Francia Insumisa, Jean-Luc Mélenchon, con un 11 por ciento, el último con doble dígito en las preferencias de los electores y por mucho el mejor ubicado dentro de las filas de la izquierda.
Más alejados marchan el ecologista Yannick Jadot (5,5), el secretario nacional del Partido Comunista, Fabien Roussel (cuatro), la ganadora de la primaria popular, Christiane Taubira (2,5), y la alcaldesa socialista de París, Anne Hidalgo (2,5).
A solo nueve días de cerrar el proceso de apadrinamientos políticos, indispensables para validar una candidatura presidencial en Francia, varios aspirantes con opciones de balotaje están en problemas, al no contar aún con los 500 apoyos requeridos de alcaldes, concejales y parlamentarios.
En tal situación se encuentran sobre todo Le Pen (393) y Zemmour (350), ya que Mélenchon (442) se sitúa cerca de conseguirlos.
Desde 1962, en Francia una candidatura debe recibir el aval de al menos 500 autoridades electas, requisito establecido por el general Charles de Gaulle para evitar que en la carrera por la presidencia participen personas sin estar a la altura del cargo.
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