La situación pudiera ser la peor de su tipo desde que existen registros, según divulgó esta semana el Instituto Portugués del Mar y la Atmósfera.
Como resultado el 52,2 por ciento del país sufre sequía severa y el 38,6 está en situación extrema.
La próxima semana la Comisión Permanente de la Asamblea de la República (parlamento), órgano que se reúne solo para abordar asuntos urgentes, discutirá el tema, pero el Gobierno ya puso en marcha varias medidas para hacerle frente.
El pasado día 1 de febrero el ejecutivo del primer ministro Antonio Costa impuso límites a la producción de electricidad en cinco embalses y a los usos agrícolas del líquido en una sexta presa.
Fuentes gubernamentales adelantaron además la entrada en vigor próximamente de medidas económicas como una línea de crédito a medio plazo ascendente a 20 millones de euros destinados al sector rural.
A nivel internacional se presentó una petición junto a España en el Consejo de Ministros de Agricultura y Pesca de la Unión Europea para enfrentar la situación en la Península Ibérica.
De su lado la Agencia Portuguesa de Ambiente realiza reuniones con las diferentes regiones hidrográficas para evaluar medidas técnicas que se puedan adoptar.
Fuentes gubernamentales adelantaron que esas citas continuarán la próxima semana en el resto del país.
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