Ramírez, junto a representantes del Comité Internacional Paz, Justicia y Dignidad a los Pueblos, hizo la entrega simbólica de una planta en Prensa Latina, agencia que tuvo entre sus fundadores al periodista y escritor argentino Rodolfo Walsh, acotó.
Una planta, un árbol, es vida, dijo al recordar que Walsh fue asesinado por militares durante una emboscada en 1977 y desaparecieron su cuerpo. Hasta la fecha –subrayó- no hay información exacta del paradero de sus restos.
Obligada a vivir en la clandestinidad los ocho años de la dictadura porque era un objetivo de la policía y el ejército, la activista mencionó el coraje de las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo, quienes –insistió- no han descansado en la búsqueda de sus seres queridos.
Puso el ejemplo de la ya fallecida Esperanza Labrador, ‘una de nuestras madres, la que, por azares de la vida, nació en Cuba’. De su familia solo quedaron ella y una de sus tres hijos, porque perdió a dos, a su esposo y su nuera.
Ramírez, que en 1986 salió de Argentina rumbo a España después de los decretos de Obediencia Debida y Punto Final, y en la década de 1990 decidió radicarse en Cuba, reconoció la importancia de esta agencia de noticias como ‘la alternativa a lo que intentan inocular los grandes medios’.
Al líder de la Revolución cubana Fidel Castro hay que agradecerle tanto y Prensa Latina es fruto de sus ideas, comentó tras recordar que en la concreción de este hermoso sueño también participaron otros dos argentinos, Ernesto Che Guevara y el periodista Jorge Ricardo Masetti.
Con la iniciativa de ‘plantar memoria’, el Comité llegó hasta Casa de las Américas, el Instituto Cubano de Amistad con los Pueblos, la sede de la Federación de Mujeres Cubanas, la Unión de Periodistas de Cuba, el Centro de Prensa Internacional y la Red de Intelectuales y Artistas en Defensa de la Humanidad.
En ocasión de la efeméride, el presidente de Argentina, Alberto Fernández, convocó a sembrar 30 mil árboles en honor a las vidas arrebatadas en ese oscuro periodo de la historia de su país.
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