Boeber, diputada por Colorado, interrumpió anoche al presidente en su discurso del Estado de la Unión, para acusarlo de poner a los soldados en ataúdes en referencia a su presunta culpabilidad en la muerte de 13 uniformados en Kabul durante la caótica salida de la nación centroasiática en agosto.
El mandatario eludió referirse durante su intervención a ese escenario que impulsó la caída de su popularidad en la nación.
La interrupción, algo inusual en estos discursos, no fue lo único que puso una nota gris en la jornada, pues más adelante, Boeber, acompañada de su colega Marjorie Taylor Greene (R-Georgia) corearon «¡construye el muro!», algo que recordó los apoyos al expresidente Donald Trump por esa iniciativa migratoria.
También en la esquina republicana la gobernadora de Iowa, Kim Reynolds, pronunció el martes un mordaz reproche de su partido al discurso de Biden, culpándolo de llevar al país a una «inflación galopante», una delincuencia desbocada y un «ejército soviético» desbocado.
Estos, según el diario The New York Times, serán temas que usara la tolda roja para noviembre próximo en su intento de hacerse con el control del Congreso dos años después de que el partido perdiera la Casa Blanca y el Senado.
Desde la esquina republicana Reynolds también arremetió contra la respuesta de la administración Biden al aumento de la inflación, acusando a la Casa Blanca de elitismo por haber restado importancia al asunto en un principio.
En general, el mensaje sobre el Estado de la Unión, que es seguido por una audiencia de decenas de millones de personas, ofreció a Biden la oportunidad de intentar atraer a algunos votantes descontentos hacia su lado, según informes al inicio de esta mañana, aunque los problemas internos fueron desplazados por la crisis en Ucrania.
«Lo entiendo» fueron las palabras con las que Biden abordó uno de los retos más acuciantes a los que se enfrenta: la inflación, la más alta en el país en cuatro décadas.
Algunos medios como el Times valoran que en su aproximación al asunto, Biden al menos mostró su cacareada capacidad de empatía en un tema que muchos estadounidenses sienten con una fuerza visceral.
Quedan solo ocho meses para las elecciones de mitad de mandato, en las que los demócratas se enfrentan a la posibilidad muy real de perder el control tanto de la Cámara de Representantes como del Senado y algunos expertos señalan que a partir de ahora hay que ver si la esquina republicana logra poner contra las cuerdas a Biden y a los azules.
rgh/lb