Por José R. Oro, ingeniero cubano residente en Estados Unidos, vicepresidente de NEMO, movimiento mundial que lucha contra el bloqueo.
Estuvieron presentes representantes de las organizaciones pacifistas y progresistas New Haven Peace Council, NEMO-No Embargo Cuba Movement, Greater Hartford Cuba Solidarity Committee, Connecticut Peace and Solidarity Coalition, Unidad Latina en Acción, Vecinos Unidos, Latin America Solidarity Coalition of WMass, Green Party of Connecticut, Veterans for Peace Connecticut y ANSWERCoalition.
Los participantes de las protestas en esas tres ciudades pertenecientes al estado de Connecticut, desafiaron las inclementicas climáticas del tiempo para pronunciarse contra la más dilatada guerra económica en la historia de la humanidad y pedir paz con justicia en el mundo.
La más numerosa de las manifestaciones se produjo en New Haven, con la presencia de varios grupos norteamericanos de activistas por la paz, con varios oradores y fuerte apoyo popular incluyendo muchas personas de origen hispano.
John Jairo Lugo, presidente de Unidad Latina en Acción y un consagrado defensor de la causa de Cuba, quien siempre denuncia el bloqueo como un crimen de lesa humanidad, recordó que sanciones como el cerco anticubano constituyen un acto de terrorismo y genocidio.
En la ciudad capital del condado de Middlesex, Middletown, se efectuó una actividad que incluyó la participación del alcalde de la localidad Benjamin Florsheim, uno de los más jóvenes de los Estados Unidos, con 30 años recién cumplidos. Florsheim está contra el uso de sanciones como medio de chantaje en política internacional y sigue de cerca la situación del cerco contra Cuba.
El bloqueo de Estados Unidos desde hace más de 60 años fue deliberadamente diseñado para causar hambre, enfermedades y desesperación en la población cubana. Su objetivo es provocar la ingobernabilidad del país, el caos.
Mantiene en vigor las leyes, disposiciones y prácticas que le sirven de sustento y continúa reforzando los mecanismos políticos, administrativos y represivos para su instrumentación, incluidas 243 medidas aún más agresivas tomadas durante el mandato de Donald Trump (2017-2021).
Renegando de sus promesas durante la campaña electoral, el presidente Joe Biden no hace por regresar al punto donde Barack Obama (2009-1917) dejó la incipiente mejoría de las relaciones entre ambos países.
Durante décadas, el pueblo y el Gobierno cubanos han exigido el fin del bloqueo por doquier y con tremenda cantidad de esfuerzos y victorias diplomáticas bien contundentes. Tanto dentro de Cuba como en el resto del mundo, se expresa cada vez más claro el indiscutible rechazo contra el cerco, como en las manifestaciones de New Haven, Hartford y Middletown.
Pero la realidad es que el control del fin de ese engendro está en el Congreso de Estados Unidos, en la rama ejecutiva del Gobierno, asentada en la Casa Blanca. Por eso movilizar la opinión pública dentro del país norteamericano también resulta de superlativa importancia para ganar esta batalla.
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