Mediante una revisión de la literatura científica, los autores construyeron un árbol genealógico personalizado de los mamíferos, marsupiales, monotremas, reptiles, ranas, sapos, peces y su coordinación de las extremidades de forma independiente, explicó el texto.
«En total, recopilamos datos de 308 especies», precisó el profesor estadounidense Eric McElroy, de la Universidad de Charleston, quien realizara el estudio junto al coterráneo Michael Granatosky, del Instituto Tecnológico de Nueva York.
Luego, el dúo cumplió con una serie de simulaciones para averiguar qué tan probable resultaba que los modos de andar asimétricos aparecieran antes o después en el árbol evolutivo.
«Tomó meses resolver todos los problemas del análisis», abundó McElroy, y confirmó que los primeros ancestros de la mayoría de los animales modernos, incluidos los peces, hace 472 millones de años fueron capaces de moverse con algún tipo de prototipo.
No se sabe si estaban pateando, crujiendo o saltando a lo largo del lecho marino, pero tenían la facultad de coordinar asimétricamente sus extremidades para impulsarse, afirmaron los expertos.
Descubrieron además que con el tiempo algunas criaturas como lagartijas, salamandras, ranas o elefantes perdieron la capacidad de saltar y galopar.
La causa de tal situación –señalaron- estuvo en afectaciones en los nervios necesarios para coordinar las maniobras o porque se volvieron demasiado grandes o lentos.
Analistas del tema recordaron que el galope representa solo una forma de movimiento de una selección de maniobras conocidas como «marchas asimétricas», en las que el ritmo de las pisadas se distribuye de manera desigual.
Incluyeron los saltos realizados por conejos, mientras llamaron muletas cuando los peces anfibios se arrastran por sus aletas a través de la tierra, y bateas al empuje de los peces a lo largo del mar o el lecho del río con sus aletas pélvicas.
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