Un reporte en la página web del Ministerio de la Agricultura (Minag) y del FIDA precisó que esa iniciativa, diseñada para seis años, también contribuirá a mejorar la resiliencia frente al cambio climático de los pequeños agricultores en la región oriental del país.
Con una inversión inicial de 42,5 millones de dólares (provenientes de los fondos de ese organismo internacional y contribuciones cubanas), se prevé que el valor del proyecto ascienda a 63,65 millones de dólares una vez que reciba nuevos aportes de donantes foráneos.
Como han demostrado anteriores emprendimientos del FIDA en la isla, invertir en cooperativas es la forma más eficiente de abordar los problemas de baja productividad, falta de equipamiento y escasez de oportunidades económicas, aseguró el director de ese organismo para Cuba, Juan Diego Ruiz.
También contribuirá a enfrentar la migración de la juventud rural a las ciudades, la desigualdad de género y la escasez de alimentos nutritivos, precisó.
Prodecafé mejorará la seguridad alimentaria y las condiciones de vida de las familias rurales de las provincias orientales de Granma, Guantánamo, Holguín y Santiago de Cuba mediante el incremento de la producción y comercialización de productos agroforestales, principalmente café y cacao, y la reducción de su vulnerabilidad frente a fenómenos meteorológicos extremos.
El proyecto beneficiará directamente a 300 cooperativas agroforestales y 17 mil 500 familias, incluidos jornaleros y expertos en asistencia técnica que trabajan para esas organizaciones, con énfasis en las mujeres y los jóvenes, con oportunidades para aumentar sus ingresos y su inclusión en los procesos de toma de decisiones.
Asimismo, se trabajará para fortalecer sus activos físicos y productivos, potenciar sus capacidades organizativas, de gestión y tecnológicas.
Este programa fortalecerá las capacidades de los proveedores que prestan servicios a las organizaciones productivas agroforestales mediante capacitación, asistencia técnica y entrega de insumos, además asumirá la reparación y construcción de caminos de acceso a las zonas montañosas lo que beneficiará a la población local.
De acuerdo con el FIDA, a pesar de los buenos indicadores sociales, la alta dependencia de Cuba de las importaciones de alimentos (80 por ciento de los consumidos) y el impacto del bloqueo de Estados Unidos hacen que su población sea muy afectada por las perturbaciones externas, como el aumento de los precios.
Prodecafé promoverá actividades agrícolas de pequeña escala -producción avícola, cría de cerdos y cultivo de frutas y verduras- que mejorarán la seguridad alimentaria, la dieta de las familias participantes y sus ingresos.
Para Cuba el desarrollo agroalimentario es una prioridad con un conjunto de transformaciones basadas en una clara política de sustituir las importaciones, mediante el fortalecimiento y desarrollo de las producciones nacionales.
En tal sentido, el Gobierno declaró la seguridad alimentaria y nutricional un objetivo estratégico y un elemento central de sus programas sociales y económicos, por lo que el proyecto está alineado con el Plan y la Ley Nacional de Soberanía Alimentaria y Educación Nutricional, que será aprobada por el Parlamento en abril.
Desde que el FIDA reanudó sus operaciones en Cuba en 2013, ha invertido en tres proyectos, incluido Prodecafé, por un valor total de casi 170 millones de dólares y beneficiado a más de 40 mil familias rurales.
Con su apoyo y el acompañamiento de otros cofinanciadores (como el Fondo Fiduciario Español, la Agencia Francesa de Desarrollo y el Fondo de Contravalor Franco-Cubano, el Minag ejecuta otros programas que fomentan la producción de granos y fortalecen las cadenas de leche y carne y al sector cooperativo ganadero en general.
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