En este restaurante, ubicado en una céntrica esquina de la ciudad de Sancti Spíritus, en la provincia del mismo nombre, predomina la sencillez, el buen gusto y la esencia de la deliciosa comida cubana.
Completan la decoración, de estilo vintage, los visibles ladrillos de las paredes, puertas de medio punto, mesas y bancos de tabloncillos de madera, sombreros, tazas de barro para beber la tradicional y famosa canchánchara, el pilón de café —recipiente semejante a un mortero grande donde se trituran manualmente los granos— y bombillas colgando de sogas torcidas.
Incluso, algunos pedidos salen en platos de barro o madera como la suculenta picadera, la cual reúne variados y ligeros alimentos —incluyendo el casabe, tipo de pan de yuca que consumían los habitantes aborígenes cubanos—, acompañados de salsas verde y de maní.
Otro toque que distingue al lugar es la carta menú, que está impresa en hojas de papel atadas con una hebra de yute.
Al finalizar la visita, el cliente puede llevársela a modo de souvenir, a la vez que funge como medida de protocolo sanitario ante la Covid-19.
El ambiente está aderezado con una exquisita música nacional de fondo a un volumen que permite disfrutar de una estancia agradable.
Rafael Lechuga, presidente de la Asociación Culinaria de Cuba en la central provincia espirituana, lidera el restaurante donde laboran, en su gran mayoría, jóvenes.
Además de ser sede de esta organización, radica allí un aula docente por donde transitan estudiantes gastronómicos.
Lechuga afirma categóricamente que la línea de la Casa del Chef es el rescate de la comida criolla cubana, luego que esta fuera declarada, en 2019, Patrimonio Cultural Inmaterial de la nación.
Comenta que el centro tiene capacidad para seis mesas y 20 comensales y, con gran entusiasmo, habla de las diversas actividades que desplegarán en un futuro próximo.
Asimismo, recuerda que el territorio congrega varias características únicas en la isla caribeña, entre ellas, dos villas fundacionales: Sancti Spíritus y Trinidad, ambas en 1514; la presa Zaza, el mayor reservorio de agua dulce, y el municipio de Cabaiguán, considerado la capital canaria del país.
Según Lechuga, “promocionamos cocteles cubanos e internacionales como mojito, daiquirí, cubalibre, Mary Pickford y piña colada. El trago de la casa es la canchánchara, elaborado a base de ron, miel y limón”.
En cuanto al menú, dice, “buscamos elementos de la cocina espirituana donde resalta el pollo al queso crema —nuestro plato emblemático—; el cordero al trapiche —cuyos ingredientes incluyen el guarapo—; el cerdo Escambray; el pollo Makarenco, y el filete de pescado en salsa verde”, entre otros.
De igual modo, la ropa vieja a la habanera y a la santiaguera, esta última condimentada con salsa de tomate, junto a los postres caseros y jugos naturales —no se ofertan refrescos gaseados ni cervezas—, son muy solicitados en este pintoresco sitio.
A la vez que tienen documentados unos 70 u 80 platos representativos de Sancti Spíritus. En una de las paredes del establecimiento puede leerse la confirmatoria de que allí “cocinar es hacer trozos de amor comestibles”.
(Tomado de Prisma)
















